Migrantes en el norte de México, en su mayoría de origen venezolano, subsisten de la venta de alimentos a otros indocumentados mientras hacen fila en espera de cruzar la frontera hacia Estados Unidos y el próximo fin del Título 42.
En el borde del río Bravo, en el límite natural entre México y Estados Unidos, hay una kilométrica fila de migrantes; provenientes de una reciente caravana que llegó a la mexicana Ciudad Juárez, fronteriza con El Paso, Texas.
"Como ellos hacen la cola para ingresar, las autoridades de Estados Unidos los mantienen ahí día y noche. Les damos su café y cobijas el tiempo que estén ahí, para que estén calientes"; declaró a EFE Miguel Ángel, uno de los migrantes que vende alimentos.
Los extranjeros buscan sobrevivir mientras llega el 21 de diciembre, cuando vence el plazo ordenado por un juez para que Estados Unidos elimine el Título 42; una regla de la época del entonces presidente Donald Trump (2017-2021) para la deportación inmediata de indocumentados con el argumento de la pandemia.
"Estamos esperando en el nombre de Dios, a partir del 21 de este mes van a aprobar otro artículo, esperamos que nos abran la puerta. Les vendemos pizza y nos ayudamos", añadió Miguel Ángel.
Mal clima
La situación refleja cómo viven los venezolanos en México desde que Estados Unidos anunció el 12 de octubre pasado permisos humanitarios para los ciudadanos de Venezuela que lleguen por aire y que tengan un patrocinador en el país, pero al mismo tiempo expandió el Título 42 para deportar a los que lleguen por tierra.
En la región se vive un clima gélido, que ha llegado incluso al punto de congelación, temperaturas a las que no están acostumbrados, los migrantes.
Desde su arribo el pasado fin de semana, han hecho fogatas para mitigar el frío, pero recientemente ha llovido y, con ello; ha crecido el cauce del río que tiene el agua congelante.
Aquellos que venden comida, cruzan el cauce sin calzado.
Ofrecen pizzas desde 12,5 dólares a 25 dólares y cafés.
Incremento de los cruces
Las autoridades estadounidenses se preparan para un incremento de los cruces al aproximarse el 21 de diciembre; fecha en que el Gobierno del presidente Joe Biden debe terminar el Título 42.
Desde que el Gobierno de Trump recurrió a la norma, más de 2,7 millones de expulsiones se han realizado en aplicación del Título 42.
Como respuesta, el secretario estadounidense de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, autorizó el pasado martes a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) a iniciar actividades encaminadas a “atender las necesidades para la vida, la seguridad, el medioambiente y la reparación” en proyectos de construcción de barreras a lo largo de la frontera con México.
La región vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detuvo en el año fiscal de 2022 un número inédito de más de 2,76 millones de indocumentados, una cifra que incluye incrementos sustanciales en las capturas de cubanos y venezolanos.
EFE
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