Tras las recientes protestas en Iquique, Chile; algunos migrantes venezolanos en entrevista con BBC Mundo, contaron sus testimonios.
En busca de trabajo y oportunidades, Bryan de 21 años de edad, ingresó de manera ilegal al territorio chileno. Vivió en una carpa en la Plaza Brasil de Iquique, donde el pasado viernes 24 de septiembre la policía lo desalojó.
Al día siguiente el criollo se encontró con la protesta contra migrantes venezolanos que terminó con la quema y destrucción de sus pertenencias.
“Quedé con lo puesto, no tengo nada. Esto ha sido horrible", dijo por teléfono a BBC Mundo.
Asimismo, indicó que les lanzaron piedras y botellas, "la gente en vez de ayudar, grababa con sus teléfonos; era como un show para ellos. Nos sentimos humillados, tratados como animales, como una basura"
"Es muy triste que, porque uno es venezolano, ha pasado por miles de cosas, y te traten así”, añadió.
Moises, uno de los compañeros de Bryan, también relató su experiencia para BBC: "Tuve mucho miedo. Habían niños, niñas, mujeres embarazadas, personas mayores… Tuvimos que escapar todos a la playa porque empezaron a quemar nuestras carpas, las maletas, toda nuestra ropa".
"Buscamos una solución, pero nada. Nadie nos dio la oportunidad de quedarnos en una casita o algo. Y ahora seguimos dando vueltas en la calle, buscando gente que nos ayude para seguir adelante", señaló.
Gabriela y Mauricio fueron otros de los migrantes en dar declaraciones.
"Llegó un policía y me dijo: ‘Ahí viene la marcha, váyase porque le van a quitar sus cosas'", apuntó Gabriela.
Por su parte, Mauricio señaló: "Cuando supe lo que estaba pasando, agarré a mi familia, a mi hermano, mi cuñada y mi sobrina. Corrimos a aislarnos a un lugar seguro, lejos de los saqueos. Y ahí nos pudimos resguardar un par de horas".
Extranjeros en Chile
Moises, Gabriela, Bryan y Mauricio son parte de la ola migratoria que llegó a Chile los últimos diez años.
Según la organización Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), la cantidad de extranjeros se incrementó de 305.000 en 2010 a casi 1,5 millones en 2020.
Esto explica en parte, el gran aumento de la inmigración venezolana y las pocas ofertas laborales que, actualmente existen para ellos en dicho país.
A pesar de esta situación los venezolanos aseguraron que “Hay más personas de buen corazón”.
"Muchos chilenos nos están ayudando. Hay más lado bueno que lado malo", agregó Mauricio.
Con información de BBC Mundo
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