No es un aniversario redondo, pero eso no le quita simbolismo a la fecha. En la madrugada del 23 de enero de 1958 llegó a su fin la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y la jornada pasó a la historia como el día de la recuperación de la democracia en Venezuela.
De espaldas a la democracia
Marcos Pérez Jiménez, militar de carrera, comandó un grupo de uniformados que derrocó al gobierno de Isaías Medina en 1945. Esa fue su primera incursión en la política venezolana. Tras el citado golpe, se celebraron elecciones libres en las que resultó ganador Rómulo Gallegos. También él fue luego depuesto.
Tomó entonces el poder una junta militar, a la que pertenecía Pérez Jiménez, quien finalmente fue nombrado presidente por una Asamblea Constituyente emanada de unas polémicas elecciones ensombrecidas por denuncias de fraude. Al acercarse el término de su período, el gobernante quiso extenderlo mediante un plebiscito. "La gente puede decir que se trata de un régimen dictatorial, pero mi país no está preparado para el abuso de la libertad”. Esta cita, publicada por el periódico colombiano El Espectador, refleja el pensamiento de este hombre que opinaba que "debe haber un líder que señale el camino sin que le perturbe la necesidad de alcanzar la popularidad demagógica”.
Represión y rebelión
Su autoritarismo se tradujo en la represión de los opositores y la conculcación de libertades cívicas. Los avances económicos no lograron acallar el descontento ante medidas como la censura a la prensa y la eliminación de sindicatos.
El primero de enero de 1958 se produjo el primer intento de rebelión militar contra Pérez Jiménez.
El movimiento encabezado por el coronel Hugo Trejo contó con la participación de un buen número de oficiales de la guarnición de Caracas y de Maracay, principalmente de la Fuerza Aérea. Este levantamiento militar fracasó y sus principales dirigentes fueron detenidos por el gobierno.
Sin embargo, a partir del primero de enero la crisis interna de la dictadura se hizo cada día más grave. Se produjeron nuevos brotes insurreccionales en las fuerzas armadas y el movimiento popular se manifestó con más vigor en la lucha contra el dictador. Se acentuó la represión; las cárceles se llenaron de presos políticos; fueron cerrados los liceos y reprimido el movimiento estudiantil. Pero el movimiento popular iba en ascenso; densos sectores sociales se incorporaban activamente a la lucha: intelectuales, médicos, abogados, profesores, ingenieros, suscriben manifiestos de denuncia contra el régimen. Esto significaba pérdida de prestigio en la institución armada que aparecía comprometida de hecho con los desmanes del régimen. En las calles sucedían manifestaciones y motines.
A mediados de enero la Junta Patriótica llamó a la huelga general para el día 21. El 21 de enero comienza la huelga de prensa y horas después de ésta, la huelga general convocada por la Junta Patriótica. El paro se cumplió a cabalidad y en muchos sitios de Caracas se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del gobierno.
El 22 se reúnen altos jefes militares en la Academia Militar para considerar la situación. Sus deliberaciones concluyen formando una Junta Militar de Gobierno que pide la renuncia a Pérez Jiménez. En la noche del día 22, la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas se pronunciaron contra la dictadura; y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo en las Fuerzas Armadas, huyó en la madrugada del 23 de enero desde el Aeropuerto La Carlota, rumbo a Santo Domingo.
En lugar de Pérez Jiménez tomaba el poder una Junta presidida por el contraalmirante Wolfgang Larrazábal. Pérez Jiménez huyó hacia República Dominicana, para posteriormente trasladarse a España junto a su familia, protegido por Francisco Franco.