El 23 de enero de 1958, un movimiento cívico-militar puso fin a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, nace la democracia en Venezuela.
El descontento nacional en cuanto a su sistema de gobierno, lo forzó a renunciar y retirarse a República Dominicana embarcado en el avión presidencial, mejor conocido como “La Vaca Sagrada”.
Dirigentes políticos y personalidades se dieron cita en el Palacio de Miraflores, donde nombraron una Junta de Gobierno Provisional que convocó a elecciones para diciembre de ese mismo año.
Otras de las acciones fue la liberación de los presos políticos.
Además, se amplió la Junta Patriótica con sectores independientes y a partir de allí se erigió una nueva etapa en la historia de la Venezuela contemporánea.
“La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público”, así reza el art. 21.3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, exhortando la importancia de cada uno de nosotros como participantes del sistema democrático.
Tal día como hoy, 23 de enero los venezolanos exigieron otro sistema de gobierno.
Que les permitiera elegir sus autoridades, se respetara el Estado de Derecho, la libertad, la vida, la pluralidad del pensamiento.
Demostrando el deber y derecho que ha residido en los venezolanos como población al momento de actuar en contra de este tipo de injusticias.
Según la ONU, uno de los elementos fundamentales de la democracia es el respeto de los derechos humanos.
Tanto los DDHH como la Constitución ofrecen variedad de derechos.
Se deben exigir pues, hoy por hoy, gran cantidad de ellos se ven reprimidos. Amenazando la democracia por la cual se ha hemos luchado.
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