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MIÉRCOLES, 3 DE JULIO DE 2024
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Acá están las claves indiscutibles que te certifican como hijo criado por una mamá venezolana

por Avatar Samuel Clemente
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Acá están las claves indiscutibles que te certifican como hijo criado por una mamá venezolana
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Venezuela tiene sus claves y particularidades… Así, en estos casos únicos, entran también todas nuestras madres: jocosas, sobreprotectoras, firmes y polivalentes.

Para una madre venezolana nada es malo y todo lo hace por tu bien… Por tal razón algunas cosas que te avergüenzan, ella las cuenta como una real hazaña.

1. Aprendiste que el primer «chalequeo» en la vida, te lo monta tu mamá:

A las mamás venezolanas les encanta la audiencia, a veces son “showseras” y tienen varias puesta en escena… Se convierten en comediantes y tratan de avergonzarte en público siempre que puede, mostrando tus fotos de bebé, revelando cómo te orinabas en la cama y contando chistes acerca de tu infancia.

2. Pionera en celos y manipulación:

Mamá venezolana que se respeta, te reclama que ya no sales con ella y que ya no la abrazas como cuando tenías seis años.

Además, mamá moderna venezolana; te suelta comentarios en persona y en redes sociales de este tipo: “Si te pide un favor Andrea, seguro que vas rapidito”.

3. Puntería infalible, esa es la de mamá:

Como imitando complicadas escenas de Ciencia Ficción, toda mamá venezolana ante una mala acción o contesta, es aquella que te lanza la “chola” o cualquier objeto que tenga en la mano, desde lejos sin previo aviso.

Cuando esto pasa, te das cuenta que Mátrix es solo una película… Cuando tratas de esquivar ya es demasiado tarde. El golpes es que avisa.

4. Mamá dictatorial

Con una mamá venezolana, siempre tienes bien clarito que “mientras vivas bajo este techo, se hace lo que yo diga”.

Así, a pesar de todo el amor y la paciencia que te ofreció durante tus primeros años, nunca le faltó la famosa frase con la cual te hacía entender que debías obedecerla.

No hay escapatoria, mamá es la que manda.

5. Fuerza de atracción por intuición:

No importa cuántos años tengas… Toda mamá venezolana te llama desde cualquier parte de la casa que estés una sola vez. De nada te vale contestar desde la distancia.

Ese primer y único llamado es un código irrefutable que te indica que debes dejar de hacer lo que estés haciendo y dirigirte al espacio físico donde está mamá.

Válgame Dios que la ignores… Ay mamá.

6. NADIE hace más cosas a la vez, que una mamá venezolana:

Admítelo este súper poder siempre te fascino… Mamá preparaba desayuno, loncheras, uniformes, ordenaba la casa, atendía el teléfono y ayudaba a una vecino; todo, al mismo tiempo.

Y cuando creías que el tiempo no alcanzaría, mamá salía bien bonita y maquillada, lista para empezar la jornada.

7. Una fija, la mejor hallaca es la que hace mamá:

Estás convencido de que “la mejor Hallaca la hace mi mamá”… No lo niegues.

Y créeme, encontrarás a muy pocos venezolanos que opinen distinto sobre sus propias madres.

8. Mamá venezolana tiene por elemento indispensable, una aguda visión:

Algo sí es seguro, alucinaste con la vista ágil de mamá para encontrar lo que tu llevabas horas tratando de hallar.

Es fácil, cuando no encuentres algo, llamas a tu mamá y mágicamente, mamá sabe dónde está. Y de paso, te los restriega en la cara: «Míralo aquí, te va a picar».

Esta habilidad, si eres hombre, asimílalo y acéptalo; no la tendrás jamás. Si eres mujer, la tendrás cuando seas madre.

9. No fue sencillo de entender, pero con los años lo lograste. Mamá cambia todo de lugar sin previo aviso:

Luego, con los años, entendiste que cada semana cambiaba las cosas de lugar.

Donde antes encontrabas los vasos ahora están los platos; los muebles están volteados y el colgadero de llaves ahora es un bowl que combina con el mantel de la mesa.

Es por eso que son las mamás, las únicas que siempre saben el nuevo lugar de todas las cosas en el hogar.

10. Sabes que necesitas poco para ser feliz, una enseñanza de mamá:

Las mamás venezolanas saben cómo improvisar una tarde de sorpresa.

Qué emocionante cuando tu mamá te buscaba al colegio en un día normal y espontáneamente te preguntaba si querías ir a un sitio de comida rápida ¿Lo recuerdas? Solo imaginarte corriendo y saltando, te hacía amarla aún más.

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