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El ex senador Alexander Luzardo participó en una conferencia llevada a cabo en el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) donde opinó que "el mal llamado arco minero" es un crimen ecológico y un crimen de Estado que puede traer como consecuencia la liquidación de Guayana, Amazonas y el Delta, por lo que exortó al Gobierno a que derogara dicho decreto tal como lo hizo el Parlamento cuando lo declaró nulo el 14 de junio.
"El mal llamado arco minero es un decreto emitido por el Presidente de la República Nicolás Maduro, el cual pretende destinar el 12 por ciento del territorio nacional a la actividad minera, es decir, 12 millones de hectáreas, extensión comparable con Cuba, más grande que Panamá y varios países europeos (…) esta es una actividad que se desarrollará al sur del Orinoco, en una zona ecológica extremadamente frágil, y donde se encuentran las últimas reservas de agua dulce no contaminada del país".
Entre las zonas afectadas, mencionó la reserva forestal de Imataca, que tiene 3 millones 800 mil hectáreas, explicando que de sus bosques depende gran parte de el equilibrio ecológico del sur de Venezuela.
"Sería afectado también el monumento natural Wanai, que es un Tepuy decretado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y el cual pertenece al conjunto de tepuyes que se encuentran entre Amazonas y Bolívar. También se afectaría la cuenca estratégica del Caroní, que surte de hidroelectricidad a más del 65 por ciento del territorio nacional".
Afirmó que a alterar la biodiversidad como bien insustituible, se está violando el artículo 304 de la Constitución "donde se establece que todas las aguas son del dominio público insustituibles para la vida y el desarrollo. Cualquier otro recurso puede ser prescindible y sustituible, como en el caso del petróleo, y en este sentido, diferentes países están enrumbados hacia la búsqueda de sustitutos ante la realidad del cambio climático. Afectar la Cuenca del Caroní, equivale a aproximadamente 500 mil barriles diarios de petróleo, hablando en términos comparativos de la energía fósil, pero en este caso es energía limpia, y esa cuenca es bendita, sagrada para Venezuela".
"Como país nosotros necesitamos inversiones rentables, ecológicamente sustentables, como lo están planteando diversos países del mundo, como lo ha manifestado el Papa en su Encíclica, “Hacia un Desarrollo Realmente Sustentable”, pero este proyecto del llamado “arco minero”, significaría la liquidación de la Guayana, el Amazonas y el Delta, la contaminación con mercurio y otros agentes, con daños irreversibles, que producirían el envenenamiento de las aguas y los suelos de esa zona tan frágil. Además, serían afectados los pueblos indígenas y locales del sur de Venezuela", reseña la nota de prensa.
2016-09-19