El director de 2001, Juan Ernesto Páez-Pumar, en la sección La Conversa 2.0, habló con el investigador, profesor universitario de ética de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y filósofo José Luis Da Silva sobre la corrupción, un tema que anda de boga en los últimos días
El entrevistado comentó que la corrupción no es un asunto que se pueda encontrar registrado en un país frente a otro.
“No porque yo tenga ciertas atribuciones, o se esperaría que las tuviese, me exime de estar frente a lo que podría ser este tema”, apuntó.
La corrupción en contexto
En este sentido, manifestó que normalmente cuando no existen conflictos, las tareas se desarrollan con cierta normalidad sin tropiezos, las finanzas fluyen y se honran de manera sensata las obligaciones, no surgen problemas éticos.
“La ética aparece en el momento en el que hay un conflicto, nadie sabe lo que debe hacer, sino cuando realmente llega el momento en el que se genera un dilema. Siempre está ligada a un dilema, en las acciones que me corresponde hacer, la preocupación por hacer lo que debería hacerse y el interés por salir bien”, acotó.
El filósofo manifestó que cuando el dilema no se presenta, porque la acción no perturba a terceros, pues no hay un problema ético y tampoco lo habrá jurídico.
“Las sociedades cuando tienen ciertas cosas hechas, ganadas con suficiencia, el tema de la corrupción no es habitual”, sentenció Da Silva.
Compromiso contra la corrupción
Para el profesor universitario el compromiso de los gobiernos en general es que esto sea así, es decir, que se provea de los elementos, de las facilidades, del ejercicio para que cada quien, es su desarrollo, construya para ganar un espacio saludable de convivencia.
Asimismo, declaró que los Estados deben proveer mecanismos de subsistencia capaz de que las personas puedan estudiar, trabajar, tener existencia en condiciones dignas.
“Cuando digo condiciones dignas me refiero a que yo no tendría que hacer algo que no debería hacer, porque estoy desesperado", apunta.
Explica que en ese momento "comienzo a dar excusas, empiezo a inclinarme por una pendiente errónea que termina siendo corruptible, porque termino teniendo condiciones adversas a mi persona que no me ayudan, entonces cometo actos de los que quizás no me percate, por desesperación por la necesidad, pero que son actos que no entran dentro del ámbito de ética razonable”.
El viacrucis ciudadano
El investigador indicó que cuando los ciudadanos tienes dificultades para su día a día, para el transporte, alimento, medicina, asistencia social, educación, está dejando a las personas a la intemperie, indefensas.
“La ética es una estructura de formación individual, pero que requiere un acompañamiento”, sentenció.
“Si yo no permito que este factor de crecimiento se dé obviamente tenso la cuerda al individuo, hago su día a día más difícil y esto es lo que hay que evitar siempre, que la persona se encuentre en un extremo en el que decidir es muy complejo”, finalizó.
Aquí la entrevista completa:
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