Maroil Trading Inc. y que Petróleos de Venezuela (PDVSA) ya no tienen ningún contrato que los una.
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Así lo dio a conocer el propietario de la firma comercial, Wilmer Ruperti, al afirmar que la estatal petrolera venezolana, que actualmente está bajo la administración de Pedro Tellechea, decidió poner fin a los acuerdos que mantenían, reseñó Bloomberg.
Afirma que el centro de la discrepancia actual entre Ruperti y Pdvsa se encuentra un contrato de cinco años firmado en 2016.
Según el acuerdo, Maroil acordó invertir $138 millones en una terminal marítima de PDVSA. A cambio, a Maroil se le otorgó el derecho de vender y retener la mayor parte de las ganancias de alrededor de 12 millones de toneladas métricas de coque de petróleo, un subproducto del petróleo que se usa para producir electricidad y hornos de cemento encendido en todo el mundo.
En una entrevista, Ruperti dijo que el contrato, que vence en 2021, se extendió por dos años debido a la pandemia.
PDVSA niega que se haya extendido el contrato y quiere que Maroil pague los cargamentos de coque de petróleo vendidos después de la fecha límite original de 2021, recoge Bloomberg.
En marzo, Reuters informó que Maroil debía $432 millones a la compañía petrolera estatal. Ruperti, por su parte, dice que PDVSA le debe a su empresa más de 300 millones de dólares, ya que su compañía pudo exportar un poco más de 6,5 millones de toneladas de las 12 millones a las que tenía derecho.
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A pesar de la enorme diferencia en los reclamos, las conversaciones son "amistosas" y hay "disposición" de ambas partes para llegar a una solución, dijo Ruperti en la entrevista.
Vale recordar que, Ruperti saltó a la fama en un momento crítico para la presidencia de Hugo Chávez, cuando los trabajadores petroleros se manifestaron exigiendo la sustitución del difunto presidente.
La huelga de dos meses, que finalizó a principios de 2003, sumió al país en el caos, causando escasez de todo, desde combustibles hasta leche y medicamentos.
Relativamente desconocido en ese momento, Ruperti, un ex capitán de barco, usó su experiencia en el transporte marítimo para perforar un agujero en el bloqueo del puerto y traer gasolina rusa al país.
La medida fue vista por muchos como un punto de inflexión que eventualmente condujo al final de la huelga y fue esencial para mantener el poder de Chávez.
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Su accionar hizo que el dueño de Maroil Trading Inc. se mantuviera cerca del palacio presidencial de Miraflores, habiendo ayudado a financiar la defensa de los sobrinos de Maduro que fueron declarados culpables de narcotráfico en los EEUU.
Posteriormente, los sobrinos fueron liberados como parte de un canje de prisiones con Venezuela, refiere Bloomberg.
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