Pedro Leal
Carlos Saúl Rodríguez, líder motivacional, visitó esta semana la redacción del Bloque de Armas, para participar en la última conversa semanal que publicamos en el Diario 2001 por este año.
En una entrevista que terminó tornándose en una conferencia estimuladora personalizada, el otrora psicólogo de la selección nacional de fútbol dejó como mensaje que a pesar de todas las adversidades que pueden presentarse, a nivel personal y colectivo, el ser humano siempre puede desarrollar nuevas habilidades para sortearlas.
Según este profesional de la teología, la fe es un elemento motivacional muy importante, pero no se debe dejar todo en manos de Dios, ya que la felicidad de cada persona está en sus propias manos.
“A Dios le debemos la vida, y los talentos que nos dio, pero depende de cada uno utilizarlos o no. Que yo decida hacer algo con menor o mayor compromiso es lo que terminará arrojando buenos resultados”, recalcó.
Agregó en tal sentido, que la coyuntura que atravesamos como país, es oportuna para evaluarnos como sociedad, y es que “hablamos de corrupción, como mal social, en referencia a políticos, pero no nos damos cuenta que a pequeña escala, en lo personal, tenemos respuestas y reacciones corruptas”.
“Para atacar esto, estamos obligados a construir respuestas inteligentes a corto, mediano y largo plazo, pensando en función de tener una sociedad mejor dentro de 20 años, lo cual implica comenzar a alimentar la moral, los valores, los principios”, aseguró el autor de los best sellers “La vida es un sola” y “No es cuestión de leche es cuestión de actitud”.
¿Qué tan difícil resulta motivar a un país con locus de control externo en todas las esferas?
La motivación es un proceso psicológico, y está vinculado a los resultados. Hay dos tipos de estos: los seguros, que son en base a los que con mayor facilidad nos activamos; y los que podrían o no obtenerse. En base a estos últimos puede surgir desesperanza.
En relación a estos últimos, la situación tiende a complicarse para quienes nos dedicamos a la motivación personal. Lo que se debe hacer es dar mensajes que permitan a las personas revisar su postura para determinada situación.
Un ser que ha vivido 30 años, siempre va a tener un balance de vida positivo, siempre va a ser más lo que se ha concretado que las frustraciones, los despechos, o las perdidas. Cuando recuerda que ha pasado todo eso y está vivo, descubre que siempre puede dar más. De esta manera se desmontan todas las afirmaciones negativas para comenzar a creer que las cosas van a mejorar.
¿Cómo podemos motivar a las personas para entre todos superar los obstáculos?
La crisis es momento para hace las cosas diferentes. A mis los estudios (primero teología y filosofía, después psicología y por último una especialización en gerencia empresarial) me permitieron entender que para tener éxito primero es la gerencia, segundo las emociones y por último la fe. En Venezuela, donde se rompe cualquier parámetro de liderazgo, primero es la fe, inmediatamente después las emociones, y bueno si se tiene algo de gerente no cae mal.
El líder que se pare y diga “tienen que creer en mí y yo tengo fe en que las cosas van a mejorar en el 2015”, es un líder que está verdaderamente alineado. Es complicado porque el tema de la fe no entiende razones, es dar un salto al vacío.
¿Entonces es momento de dejarlo todo en manos de Dios?
Cuando tenemos un paciente con un diagnostico terminal, no lo llevamos a la iglesia, primero vamos al médico. Ante las pocas posibilidades si recurrimos a la fe. La clave está en no dejar de actuar para que ese diagnóstico avance. El hecho de aferrarse a la fe no implica abandonar el tratamiento médico. Es así como ocurren los milagros. El milagro no lo hace Dios, el milagro lo hacemos nosotros. Una empresa que va pico abajo, la levantas tú, trabajando, confiando en ti mismo.
¿Cómo supera el miedo de saltar al vacío?
Alimenta la fe y el miedo morirá de hambre. Todas las oportunidades están ocultas, solo lograrán descubrirlas quienes se fijan claros propósitos y usan todo su talento para aprovecharlas. El que busca oportunidades no tiene límites, porque como explico en mis conferencias no tiene “nada que perder”.
Una persona que se propone independizarse y entonces da el primer paso de irse a Miami, definitivamente no tiene claro su objetivo. Si realmente quiere independizarse, siempre va a ser más fácil comenzar de cero cerca de su gente. Si el propósito es tener estabilidad, seguridad, una vida de calidad, sin importar haciendo que, entonces si váyase para La Florida a lavar platos, sin mayor aspiración.
Lo que no debe hacer es sabotearse, tienen que estar con los ojos bien abiertos. Si lo invitan a una fiesta, vaya para la fiesta, algo bueno puede haber ahí. Es importante aumentar la tolerancia a la frustración, porque puede pasar que va a 10 reuniones y no pasa nada, pero en la fiesta 11 surge un gran chance.
Por eso mi consejo es no cerrarse las oportunidades. No hay que hacer juicio de valor sobre las personas ni sobre las cosas, no son ni malas ni buenas, son personas, son cosas. No hay fiestas malas ni buenas, hay unas que gustan más, otras gustan menos, solo que hay que saber aprovecharlas.
¿Qué opina de esos que prefieren tirar la toalla y huir de los problemas?
Yo no critico a los que se han ido, yo admiro al que se queda. Hay quienes insisten en invitarme a dar mis conferencias en Miami, siempre les digo que yo no me sentiría cómodo hablándole a ellos, soy mucho más útil hablándole a los que se quedaron, a los valientes, a los que tienen fe, que este país en corto, mediano y largo plazo todo va a mejorar.
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2014-12-21