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De Michele: "Al gobierno no le importa inmolarse" (+Video)

Sabado, 04 de junio de 2016 a las 08:00 pm
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Jefferson Díaz | [email protected]

Giovanna De Michele, internacionalista y profesora de la Universidad Central de Venezuela, nos recibe en casa de su madre. Una señora tan simpática, que recuerda a esas abuelitas con las que te sientas a escuchar historias de antaño. De cuando Venezuela era otra.

De Michele luce sobria, elegante y siempre lista para exponer sus argumentos. Sus opiniones. Una experiencia que se refleja en sus más de 20 años de trabajo diplomático y su manejo de las cámaras como conductora de un programa de televisión. A pesar de las sirenas y cornetas de los carros que se filtran por las ventanas del apartamento, es muy difícil perder el hilo de sus respuestas.

El pasado miércoles el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunió. Lograron una declaración que apuesta por el diálogo en Venezuela, ¿esto significa que ya no corremos riesgo de que se nos aplique la Carta Democrática Interamericana?

-Para nada. Lo que ocurrió el miércoles fue una reunión convocada por la delegación argentina para discutir la crisis venezolana. Sí, se logró una declaración que apuesta por el diálogo entre las partes políticas involucradas en el conflicto de nuestro país, pero esto no tiene nada que ver con el informe presentado por el secretario general de la OEA, Luis Almagro. Hay que esperar que se de una nueva reunión del Consejo Permente, solicitada por Almagro entre el 10 y 20 de junio, para que se discuta una posible activación de la Carta Democrática Interamericana.

Sin embargo, desde el gobierno y la oposición, se atribuyen una victoria sobre lo que ocurrió el miércoles.

-Nosotros tenemos que dejar de caer en el juego político que ha propuesto el gobierno en los últimos 17 años. Ese maniqueísmo de minimizar todo a un ganador o un perdedor no es beneficioso. La politíca, y más la internacional, es el arte de tender puentes. De lograr un diálogo. El miércoles no hubo ganadores, lo que hubo fue la evidencia de una comunidad internacional que presiona cada vez más al gobierno venezolano. Una comunidad internacional que ha observado como nuestros gobernantes han quedado en evidencia desde las protestas de 2014 en materia de violación de los Derechos Humanos y represiones.

¿Venezuela se está quedando sola en el plano geopolítico internacional?

-Absolutamente. Las cosas han cambiado. Por ejemplo: el barril de petróleo ya no está por encima de los 100 dólares, y esa era la principal herramienta de nuestro país para mercadearse con sus vecinos y conseguir apoyos desde lo económico para el beneficio político. Mientras que iniciativas como el Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) no mantienen solidez y la Unasur (Unión Suramericana de Naciones), nacida para ser un contrapeso geopolítico de los Estados Unidos, ahora ve los problemas y soluciones en un sentido global. Como debe ser. Ese apoyo solidario y automático hacia Venezuela ya no existe. Observa que en la resolución aprobada el miércoles, al menos 25 países se unieron al consenso. Eso te da otro panorama.

Mucho se ha dicho de la Carta Democrática Interamericana y de la OEA. Lo principal es que sus decisiones no tienen un accionar tan profundo como lo tiene la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Por ejemplo: la OEA no puede ordenar intervenciones militares o sanciones económicas. Entonces, ¿en que nos puede ayudar para salir de esta crisis?

-¡En mucho! Empezando por la tremenda presión que coloca la comunidad internacional sobre el gobierno de Venezuela. Cuando se discutió en 2001 la aprobación de la Carta Democrática Interamericana en la OEA, lo primero que se definió fue la diferencia entre “legitimidad de origen” y “legitimidad de desempeño”. ¿A que se refiere esto? Bueno, que por mucho que un gobierno haya llegado democraticamente al poder, sus acciones futuras deben estar apegadas a las leyes, al respeto de sus ciudadanos, a la garantía de libertades y a la democracia. Puntos que Venezuela, en los últimos años, ha olvidado.

Pero para el gobierno la OEA es un organismo “injerencista”, una “herramienta de los Estados Unidos”. ¿Usted cree que al presidente Maduro le importa en realidad lo que haga o deje de hacer esta institución?

-Todos esos comentarios que haga el presidente, o los representantes del Ejecutivo en contra de la OEA son de la boca para afuera. En el fondo, estoy convencida que siente la presión de la comunidad internacional y la rabia de no poder detener lo que está haciendo el secretario Almagro: colocar en la palestra mundial, todos los males que está sufriendo el venezolano.

Muchos rumores corrieron sobre la posición de Argentina en el Consejo Permanente al bajar su tono sobre la posibilidad de activar la Carta Democrática a Venezuela. Al presidente Macri, por las redes sociales, lo tildaron de “traidor” y hasta de olvidarse de nuestro país para posicionar a su canciller como candidata a la secretaria general de la ONU. ¿Podría ser esto cierto?

-No, no lo creo. Lo que hay que comprender es que el Macri candidato, no es el mismo Macri presidente. Sí, él cuando asume mandato fue muy crítico con nuestro país y pidió la activación de la carta. Pero hay que recordar que muchos sectores económicos de Argentina aún tienen intereses y deudas pendientes en nuestro país. Yo lo que creo es que estos empresarios le dijeron a Macri que bajara un poco el tono porque de lo contrario no cobrarian el dinero que les debe Venezuela.

Ahora, por otro lado, delegaciones como la de Paraguay fueron muy criticas. Inclusive, pidieron expresamente que se incluyera en la declaración un punto sobre el referendo revocatorio al presidente Maduro, como punto de partida para el diálogo.

-Sí, e inclusive, delegaciones que tradicionalmente se ponían del lado venezolano como Ecuador o el bloque de las islas del Caribe, se unieron al consenso. Si observas bien la sesión del miércoles, Venezuela la tuvo difícil. Empezando porque al representante Bernardo Álvarez le negaron su petición de suspender la sesión, y luego, ninguna de las propuestas de declaración que colocó en la mesa fueron aceptadas.

A lo interno, la oposición quiere un referendo revocatorio como punto de partida para el diálogo. Así se lo ha hecho saber a la comunidad internacional. Pero el gobierno insiste en posponerlo lo más que pueda. ¿Cree usted que desde la OEA se pueda impulsar la activación de esta consulta?

-Yo tengo una hipótesis que voy a compartir contigo. Desde la muerte del presidente Chávez lo que más le preocupa al gobierno no es su supervivencia, sino la supervivencia de su proyecto de revolución. Chávez logró “mercadear” el Socialismo del siglo XXI como un proyecto viable. Y así se lo vendió al pueblo venezolano y a muchas naciones. Entonces, con las consecuencias palpables por malas políticas de gobierno: economía en quiebra y la escasez de alimentos; creo que a ellos no les importaría inmolarse mientras su idea de revolución no se dañe. Para que así, en el futuro, poder decir al próximo gobierno: “miren, están viendo, ustedes no nos dejaron terminar nuestro proyecto”.

Pero, partiendo de esa hipótesis, ¿por qué han acrecentado la represión a las protestas? Si su objetivo es “victimizarse”, ¿no deberían actuar acorde a minimizar los daños?

-Porque tampoco quieren que el país termine de convertirse en un polvorín. Qué, lamentablemente, ya lo es.

Volviendo al punto del revocatorio, y con la hipótesis que usted plantea de por medio, si no se hace este año, y se deja para el que viene, el mandato lo debería terminar el vicepresidente. Actualmente: Aristobulo Istúriz. Entonces, se cumpliría su propuesta:una inmolación del gobierno actual pero la presidencia en manos de un representante de la “revolución”. ¿Usted cree que la oposición permitirá eso?

-Pero es que la vicepresidencia no tiene porque estar necesariamente en manos de un miembro del partido de gobierno. Si yo negociara en la oposición, pondría esa ficha en juego. Está bien, que se haga el referendo revocatorio en 2017, pero que el vicepresidente sea una figura que para ambos bandos esté acorde con el diálogo que se busca. Que impulse un gobierno de transición. Pero, para llegar a este punto, el gobierno actual debería demostrar una confiabilidad que no tiene.

¿Podrían los expresidentes que están impulsando el diálogo tocar este punto?

-Honestamente, yo creo que no se llegará a una solución efectiva con el diálogo impulsado por la Unasur a tráves de los expresidentes. Empezando porque el secretario general de esa organización, Ernesto Samper, los eligió unilateralmente y sin consenso de las naciones integrantes. No hay buena fe de parte del gobierno, y eso quedó demostrado cuando la canciller Delcy Rodríguez, a través de su cuenta personal de Twitter, reveló la reunión que sostuvieron todas las partes en República Dominicana. Con esta polarización reinante en Venezuela, hay que ser prudentes.

2016-06-05