AP
Funcionarios policiales dicen que un carnicero de una región fronteriza que tenía un faro fundido en su camión podría ayudar a arrojar luz sobre la magnitud de la participación de los militares venezolanos en el tráfico de cocaína.
Una acusación formal por narcotráfico contra Gersain Viáfara Mina fue dada a conocer el 16 de octubre por un juez en el distrito sur de Nueva York, un día después de que Colombia extraditó al hombre de 49 años a Estados Unidos.
Las autoridades policiales señalan que el colombiano era un conducto de bajo nivel, pero crucial, entre narcotraficantes de varias naciones y miembros de las fuerzas armadas de Venezuela en la agreste región occidental de ese país, el estado de Apure, donde según Washington hay cientos de pistas de aterrizaje clandestinas.
En su primera presentación ante la corte en Estados Unidos, Viáfara Mina se declaró inocente de los cargos de importar más de 5 kilos de cocaína a territorio estadounidense. Un funcionario de la Administración de Control de Drogas argumentó en una declaración jurada que respalda la acusación formal que Viáfara Mina ayudó a organizar numerosos vuelos con narcóticos, algunos incluso hasta con 1,6 toneladas de cocaína, desde 2010.
En llamadas telefónicas y mensajes de texto interceptados, se puede escuchar a Viáfara Mina presuntamente negociando la venta ilegal de códigos de transpondedor que normalmente son asignados por las autoridades venezolanas a vuelos autorizados, de acuerdo con la declaración jurada que aún no se ha hecho pública, de la cual The Associated Press obtuvo una copia. Dice que también se le escucha fanfarroneando sobre "contactos políticos de alto nivel" de los cuales no proporciona su nombre y que pueden asegurar el paso seguro de los vuelos con drogas, así como los esfuerzos para obtener la liberación de un avión incautado por las fuerzas armadas nueve días antes.
Un testigo, de acuerdo con la declaración jurada, también lo vio ayudar a cargar 750 kilogramos (1.650 libras) de cocaína a un vuelo con rumbo a Honduras mientras guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia permanecían de guardia.
Los investigadores argumentan que Viáfara Mina cobraba al menos 100.000 dólares por vuelo, cuyas ganancias eran pagadas en forma de sobornos más arriba en la cadena de mando de forma que oficiales militares no enviaran cazas si sospechaban que había drogas a bordo.
2015-10-31