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"El modelaje erótico tiene sus riesgos"

Martes, 10 de agosto de 2021 a las 01:00 pm
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Carlos Gabriel Lara B.

Diversos oficios relacionados con el mundo virtual han surgido en el mundo durante los últimos años, los cuales se han potenciado por el auge de las tecnologías. Aunado a las distintas necesidades del ser humano a consecuencia de las complejas circunstancias económicas globales.

Una de las ocupaciones virtuales con mayor demanda ha sido el modelaje erótico para aplicaciones, en donde los anfitriones ganan dinero por mostrar su lado más sensual, pero esta situación tiene sus riesgos.  

Sin duda, la pandemia del coronavirus ha obligado a una gran parte de la población mundial a reinventarse para poder sufragar sus necesidades, e incluso, a incursionar en otros oficios.

Patty (nombre ficticio a petición de la entrevistada para el resguardo de su identidad), es una joven venezolana de 24 años y profesional universitario. Trabajaba en una empresa privada en Caracas en el área de Marketing y Publicidad. En medio de la crisis económica del país, tuvo la necesidad de buscar una alternativa laboral debido a que el sueldo que percibía como empleada en esa compañía no le alcanzaba para costear sus gastos, además, su cargo estaba en riesgo.

Ella comenta de qué manera incursionó como modelo erótica para aplicaciones virtuales, siendo desde lo personal una muchacha “penosa y reservada” y también una profesional universitario.

“Tenía una conocida que ya me había comentado en varias oportunidades sobre lo que ella hacía con su celular y lo bien que le pagaban. Siempre rechacé la propuesta porque no me sentía cómoda con la idea. Siempre fui una chica muy penosa y reservada, además de que estaba trabajando para ese momento. Al pasar unos meses, me vi en la penosa tarea de renunciar, allí fue cuando recordé que quizás ese otro trabajo podría ser una opción. Le tomé la palabra a esta chica y decidí iniciar en esta aventura del modelaje streaming con aplicaciones”, relató.

Causas

De igual forma, detalla los motivos que tuvieron más fuerza que su pudor para adentrarse en ese mundo virtual sicalíptico.

“Como consecuencia de haber renunciado en aquel momento a mi trabajo de forma involuntaria, me vi en la obligación de buscar algo mejor. Ya se escuchaba en las noticias sobre la pandemia y los estragos que podía causar en el mundo. La situación laboral para muchos se había convertido en una pesadilla; muchas empresas estaban tratando de reducir su personal y trabajar a la mínima capacidad. Al poco tiempo, en el país se había declarado cuarentena por la crisis del Covid y fue imposible encontrar alguna oferta de trabajo”, argumentó.

Patty explica que el trabajo consiste en bajar una aplicación al celular, subir fotos y videos al perfil y empezar a interactuar con distintos usuarios alrededor del mundo.

“La dinámica es que por cada videollamada erótica ganas una cantidad de puntos y al llegar a la meta, puedes canjear esos puntos por dólares. Todo funciona a través de una agencia que es la que se encarga de asesorar, indicar instrucciones y procesar los pagos una vez que son recibidos por los administradores de estas aplicaciones”, dijo.

La anfitriona erótica asegura que “la ventaja de estar en estas aplicaciones y lo que las hace más atractivas es que cada persona puede ser su propio jefe y trabajar desde la comodidad de su hogar”. Agrega que las ganancias dependen directamente del tiempo que se le dedique, pero no es un dinero que se consigue tan fácil.

Patty narra en qué consiste su rutina diaria y cómo se organiza para rendir en su jornada.

“Para mí la rutina comienza desde temprano. A las 7 de la mañana suena la alarma y dedico 1 o 2 horas a desayunar y distraerme un poco. Pasado este tiempo, me preparo para trabajar; me maquillo, escojo el atuendo que llevaré ese día, preparo la habitación y estoy lista para transmitir entre 6 y 8 horas distribuidas hasta las 12 de la noche que es cuando doy por terminada mi jornada”, describió.

Asimismo, revela algunas peticiones de los usuarios que acuden a estos servicios de transmisión.

“A lo largo del día, se puede conseguir usuarios bastante básicos y otros que quieren ver algo diferente y creativo. Hay cualquier tipo de fetiche, por ejemplo, los pies. Yo prefiero los usuarios básicos, evidentemente, que aunque paguen menos, me hacen sentir más cómoda y en mi zona de confort. Nunca me desnudo por completo, quizás pueda tener ciertos complejos, tampoco utilizo juguetes sexuales o comparto escenas con otras personas. Vale acotar que esto último también está prohibido dentro de la aplicación, solo debes aparecer tú en la pantalla, pero muchos usuarios aprovechan la ocasión para desbordar sus trastornos y lado más morboso”, señaló.

Consecuencias

Respecto a la vulnerabilidad de la propia integridad física y moral en este oficio, la streamer (persona que transmite en vivo) afirma que no hay garantías, lo cual puede ser un riesgo.

“Ya dentro de la aplicación, el sistema te indica que no debes preocuparte de que los usuarios roben tus fotos o incluso graben la videollamada puesto que las capturas de pantalla se pueden detectar y bloquear al individuo, pero no hay garantía de ello. Dentro de las normas se incluye que no puedes proporcionar ningún dato personal bajo ninguna circunstancia como enviar números de teléfono o cuentas bancarias, redes sociales, entre otros. Muchos usuarios se ofrecen a pagar altas sumas de dinero y al final puede terminar en extorsión y/o filtración de datos. En este punto, ya es responsabilidad de la streamer si decide vulnerar estas advertencias y correr el riesgo”, expuso.

Según Patty, lo más difícil de este trabajo es el agotamiento mental que repercute en su integridad moral.

“A pesar de que la integridad física no es violada al ser todo de manera virtual, lo que sí se ve vulnerado, para la que quiera aceptarlo o no, es la integridad moral. Es un trabajo que agota mentalmente, en donde te puedes sentir usada y muchas veces eres denigrada. Necesitas salir de tu zona de confort y quizás hacer cosas que jamás pensaste hacer. Es un camino difícil, en donde al principio te sientes humillada y acomplejada, pero al mismo tiempo, al pasar los meses y con la experiencia te vuelves una persona más confiada de su cuerpo y lo que hace, calculadora y comprometida”, aseveró.

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