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¡Grande, mujer! Así son las madres venezolanas: Damas versátiles y mamás dedicadas

Domingo, 14 de mayo de 2023 a las 09:02 am
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Madres venezolanas que no sólo son madres, hablan y se confiesan a diario como unas luchadoras incansables; hablamos por supuesto de mamás emblemáticas y que también gozan de alta fama y estima en un público que las abrigó con ese calor humano repleto de esperanza… Son esas madres que representan a todo un país.

A sus 57 años, y con amplio orgullo, Viviana Gibelli es una de las animadora más reconocidas y queridas de Venezuela… Es así como sigue encantado al país con su interminable belleza, pero también siendo una férrea madre.

«A los 26  años se me despertó el instinto maternal, y recuerdo que fue a esa edad porque estaba haciendo la novela Las Cómplices y Raquel Lares era la que menos ganas tenía de embarazarse…

Y fue la primera en tener un hijo con Gilberto Correa. Después siguió Maite, mientras yo tuve que esperar», rememoró en algún momento para el portal LaIguana.tv que la entrevistó.

Yo pienso que la realización de una mujer realmente se da cuando se convierte en madre y yo no decidí tener hijos después de los 40 años…

Creo que la vida me fue llevando a eso. Uno posterga la maternidad por varios motivos: o no encontramos a la persona que es, o le damos paso al trabajo o quizás preferimos esperar un poco más.

El hecho es que muchas toca ser mamá en el momento preciso, y a Viviana Gibelli me tocó en el 2009, a los 43 años, cuando tuvo a su primogénita, Aranza. 

«Recurrí a la fertilización in vitro porque ya no estaba en edad para esperar o intentarlo varias veces…

Estaba muy emocionada, imagínate que me hacía ecos hasta semanales porque tenía una gran necesidad de verla.

Me compré unos aparatos para escuchar los latidos del corazón y todo.

Cuando nació experimenté el momento más glorioso que puede tener una persona en la vida. Nada de lo que yo te pueda decir describe esa escena», narró.

Gibelli destaca que ese momento la hizo muy feliz… y que ya casi de inmediato quería a otro hijo. «Por eso me embaracé de Sebastián, quien llegó al mundo en septiembre del 2010, para terminar de convertirme en una persona plena», dijo.

«Cuando hay mujeres que me dicen: No he podido ser madre, siempre les recomiendo no tirar la toalla.

La maternidad llegó a un momento en mi vida muy especial y nunca entendí la trascendencia que eso iba a tener en otras mujeres, o cómo iba a repercutir en muchos matrimonios.

Las mujeres llegaban al consultorio y le decían a mi doctor: Si Viviana pudo, yo también. Me di cuenta cómo el hecho de tener hijos después de los 40 años motivó a otras a que también los tuvieran, esa era quizás mi misión».

No ser madre, teniendo 43 años; le generaba tristeza a Viviana Gibelli

«El hecho de no ser madre me generaba una tristeza, sentía que me faltaba algo en la vida…

Uno puede tener pareja, puede tener una profesión, maravillosa como la mía, que adoro, pero siempre va a faltar un hijo.

Yo tenía un vacío y desde que llegaron mis pequeños soy un mejor ser humano, y no es que no lo era antes, sino que ahora entiendo más las cosas, soy más comprensiva».

Siempre supe que iba a ser mamá, siempre tuve la certeza y no perdí las esperanzas.

Aunque pensaba que primero iba a tener al varón. Después entendí por qué Dios me mandó primero a Aranza, pero eso es algo muy personal”.

Turno al bate para Maite Delgado

Estar en el ojo público no es un trabajo para cualquiera, pero Maite Delgado ha encontrado la manera de manejarlo a la perfección durante más de veinte años.

Esposa y madre de dos hijos, Maite es una de las personalidades más reconocidas y admiradas de la televisión venezolana, éxito que, según ella, se ha dado gracias a dos ingredientes indispensables:

“El respeto y el amor hacia lo que haces y a hacia quien lo recibe”.

No dejarse cautivar por su encanto y carisma es tarea difícil… Su carrera comenzó al participar en el Miss Venezuela, luego que un grupo de amigos la convenciera de concursar en este gran evento nacional:

“Yo no creía en eso de que una mujer pudiera ser más bella que otra, más bien me reía un poco de los concursos de belleza…

Pero participando me encontré con la coquetería y la vanidad desde el buen punto de vista, y entendí que todas tenemos cosas buenas que mostrar y en cada una está aprender a desarrollarlas”.

Maite Delgado se casó el sábado 22 de octubre de 1994 con el tenista Alfonso González-Mora, más conocido como Alfonso Mora con quien tiene dos hijos fruto de su matrimonio. Actualmente, Maite vive en la isla de Aruba.

Maite Delgado describe lo que significa ser madre: Un miedo inmenso…

“No sé si esto es fácil o difícil de responder… Pero, sin duda alguna, significa lo mismo que para todas las mamas del mundo: 

Un miedo ¡Inmenso! Lleno de amor y responsabilidad”, describió inicialmente Maite.

Quien es madre de dos jóvenes y quien cuenta con una reconocida trayectoria dentro del llamado show bussines.

Madre y artista: Fabricar tiempo

En definitiva, convertirse en madre trae consigo una serie de cambios para las mujeres, pues significa el momento en el que sus prioridades se ven sumergidas en una dualidad.

Misma en la que colocas sobre una balanza la carrera y el tiempo que compartes junto a los hijos.

Y, para Maite, fue todo un viaje lleno de: “malabares, magia y equilibrio… No siempre tomas las decisiones correctas.

Algunas veces, prevalece la necesidad de la familia. Otras veces, el trabajo no te lo permite. Pero, el punto es que debemos criar a los hijos entendiendo también el valor del trabajo.

Para que comprendan que, cada vez que uno les falta, no les falta porque uno quiere. Y hasta esas faltas son con amor y por amor… A ellos y al bienestar de la familia”, puntualizó una de las madres más talentosas del país.

Dando a luz y trabajando:

Debido a que su carrera la expuso al escarnio público, ambos embarazos de la animadora fueron más que conocidos.

Todo ello mientras aún continuaba trabajando hasta finales de su avanzada gestación.

“Yo tuve la ilusión, en los dos embarazos, de trabajar hasta el último día para poder tomarme esos famosos 3 o 6 meses de descanso. 

Pero, yo no tuve esa fortuna con mi primer hijo. Pues a mí me tocó volver al ruedo casi que al mes”, recordó Delgado.

Sin embargo, la suerte con su segundo hijo, Santiago; fue muy distinta. Pues ya su carrera estaba bien consolidada y era:

“Más dueña de mi tiempo… Pero, nunca vamos a saber si tomamos la decisión correcta…

Porque esto de ser mamá no viene con un instructivo, ni viene con una boleta diaria, en el que un poder superior te da un puntaje”, resaltó.

Maite descubrió el significado

Y en esta travesía en la que, poco a poco, iba descubriendo el verdadero significado de ser madre, a Maite le ocurrió un hecho que se convirtió en la lección más valiosa…

Además de ser una anécdota imborrable, al mismo tiempo:

Pues, durante una entrevista en el marco del Día de la Madre; su hijo Santiago fue cuestionado por un periodista, algo para lo que Maite no estaba preparada.

Para su sorpresa, la respuesta que ofreció fue bastante elocuente, aunque “no del todo cierta”.

“Empiezo a escuchar a mi hijo decir un montón de cosas que, en su totalidad, no eran verdad. Como el hecho de que yo asistía a todas sus actividades.

Pero, lo cierto es que yo solo acudía a algunas, debido a mi trabajo”, recordó la animadora número uno del país.

Tras salir del encuentro, Maite decidió confrontar a su pequeño quien, con tan solo 12 años; le respondió: “Tranquila mamá. Te salvé, me la debes”.

Un cuento que la marcó

Esta sin dudas, es una anécdota que ha tenido una gran repercusión para Maite, pues tal como confesó:

«Cualquier acto que hagamos como padres, de alguna forma, marca la vida de nuestros hijos.

Pero, también a nosotros nos toca educarlos para que nos comprendan y entiendan que todo lo que hacemos no lo hacemos por dañar…

Sino justamente por amarlos y por hacer malabares para estar siempre presentes», enfatizó Maite Delgado para OceanDrive.com.ve.

Sobre un trabajo además de emblemático que hace por Alfonso Fernando Mora Delgado, nacido en diciembre de 1996, y por Santiago González Delgado; quien vino al mundo en septiembre del año 2000.

María Corina Machado, una madre con sacrificios para poder accionar

Para ella, para María Corina Machado «quienes estamos aquí hoy, hemos demostrado una fuerza, una capacidad de resistir, de emprender, de reinventarnos».

Insistía además como mujer y madre, que somos pieza esencial en la reconstrucción, «los que estamos aquí, y los que volverán».

«No se si es porque soy una de esas locas que aún apuesta por el país o porque me ha tocado ver los grandes esfuerzos y el potencial humano que aún hay en Venezuela», apuntaba hace algún tiempo para El Estímulo, la lideresa abanderada por la tolda política Vente Venezuela para las venideras elecciones primarias en el seno de la oposición.

Así, habló también del rol de la madre en la sociedad venezolana, que es además profundamente matriarcal y en el camino se destapó una olla que no se esperaba.

Si bien María Corina es la esperanza para muchos venezolanos, ella misma abre sus brazos para los que necesitan un regazo donde llorar…

Pero las enormes paradojas de la vida, la llevan a que ella no pueda recibir a sus propios hijos, y esa la describe como «un herida profunda».

María Corina: Ser política siendo mujer, tiene un costo enorme

Siempre se ha hablado de lo difícil que es ejercer la política siendo mujer por aspectos claves como el machismo, el estatismo o la cultura.

Inclusive ella, como dirigente, lo reconoce:

«obviamente que ser mamá, el ser esposa, el ser hija, en una sociedad como la nuestra, que no ha terminado de crear condiciones equitativas para los géneros, tiene un costo enorme».

Pero, nadie habla del sacrificio que puede representar para una madre ser separada de sus hijos, no ser partícipe de sus logros, o inclusive de sus derrotas para levantarlos del piso.

Efectivamente, en este aspecto, se desnudó:

Para nadie es un secreto que sus hijos no están en el país: «Yo tenía que proteger a mis hijos, yo no podría hacer esto si yo tuviera a mis hijos aquí». 

Naturalmente, el miedo es libre y cualquier madre en estas condiciones de arduo trabajo político contra el oficialismo, haría lo mismo… Sacar a sus hijos de Venezuela.

Inmediatamente hizo retrospectiva; con pausas largas y los ojos vidriosos contó al medio de comunicación El Estímulo, lo que ocurrió el día que decidió sacar a «Nana», la última de sus hijos en Venezuela y su única compañía en el país.

«Fue un día estando en la Asamblea Nacional, y yo empecé a hacer una declaración sobre un tema que tenía que ver con narcotráfico, con una cosa que era dura…

Y de repente yo empecé a sentir como se me iban paralizando las piernas, las palabras no me salían y lo único que yo pensaba era Nana. Nana está saliendo sola de la universidad. Yo me empecé a aterrar», relató.

Así, asume María Corina; que para poder cumplir el compromiso político que se trazó, tenía que cumplir como mamá también…

«Yo pensé en mi mamá, en mi abuela. Ambas son mujeres que sufren todos los días de su vida por la ausencia de mi hermano y mis tíos», contó.

… «La diferencia fundamental es que mis familiares se fueron por decisión propia. Yo tuve que sacar a mis hijos, no tenía otra opción.

Entendí que el comentario común que se escucha en la opinión pública, que comenta lo fácil que la tienen los políticos por poder sacar a sus hijos del país no es más que algo que está lleno de resentimiento». 

Madre es madre…

«Madre es madre, y madre venezolana sufre por sus hijos, sea política o sea ama de casa».

María Corina Machado, expresó con mucho dolor lo de las graduaciones de sus hijos a las que no pudo asistir y tuvo que estar presente por videollamada:

«Ella se graduaba y me decía mira mami, tu estás aquí, tu si estás, tu si estás…Todas las fotos las tenía así con mi cara ahí y yo…»,

«A pesar de que nos hizo saber que se ha preguntado si esto es lo correcto, me cacheteó en el buen sentido al decirme que vale la pena…

No tengo duda un instante. Yo solo consigo vivir en Venezuela y que mis hijos vivan aquí y así no van a poder volver (…)

Yo creo que si va llegar un día en el cual va a haber valido la pena y digo, me lo van perdonar, o por lo menos quizás yo me lo voy a perdonar», concluyó.

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