Justo un día como el de hoy, pero en 1783; Caracas sería testigo de un nacimiento que marcaría la historia de Venezuela para siempre: Llegaba al mundo Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios.
Militar destacado, político de gran envergadura y líder de las campañas del Sur, esas que libertaron a su amada Venezuela, a Colombia, a Perú, a Bolivia, a Panamá y al Ecuador. Inspiró y concretó cada una de las libertades del yugo español, y no en vano le otorgaron el título de Libertador.
El hombre más importante que legó para siempre la emancipación de estas tierras, soñó en todo momento con la idea de unificar a una gran nación; con este sentir nacía La Gran Colombia, pero el acompañamiento se desvaneció con su partida física. Ese fugaz ideal y efímero combate que enfrentan todos quienes yacen adelantados a su época.
Intelectual prominente, Bolívar dejó también grandes pensamientos políticos que aún perduran con amplia vigencia por todo el continente y también por el planeta entero. Mismo ámbito internacional que lo pondera con grandeza, haciendo de su figura; una consulta permanente.
Combatiente de grandes aliados, pero también de feroces traidores; Simón Bolívar debió sortear en su agitada y apasionada vida, con cuantiosos atentados y conspiraciones. Se marchó joven quizás, aquejado por una penosa enfermedad que entendidos e historiadores corresponden con tuberculosis; pero su fallecimiento repentino y de corto transitar en Santa Marta, hicieron siempre presumir sospechosas causas en tierras neogranadinas.
Renunció a sus riquezas de cuna y a su vida pudiente, para dedicarse a la libertad americana; el ver como su propia familia trataba a los esclavos, le hizo abrir los ojos para desencadenar en él un nuevo orden en el pensar.
Bolivia le debe su nombre, y también su libertad; Simón dejó en manos de Sucre estas tierras de bondad. Quería seguir luchando, no quería ver a la unión resquebrajar; creyó que con su muerte podía consolidar, pero al partir; la avaricia de Santander pudo más. Las diferencias con Páez no le permitieron entrar, otra vez de nuevo a su suelo natal; pero la Quinta San Pedro Alejandrino le dio la santa paz.
Carabobo, Junín, Ayacucho, Pichincha y Boyacá; batallas que le consagraron con camino hacia el altar, y nos hicieron comprender su potencia diplomática y militar.
Firme, Bolívar; con gestas heroicas para enmarcar. Recorrió a toda Venezuela, de Angostura a Pampatar, de Maracaibo a los Llanos y a cada rincón insular. Guerras a muerte, campañas admirables, y exilios para proyectar… Con regresos triunfales, para así manifestar que no había impunidad; que primero era la Patria con luchas sin cesar, que primero estaba el país; y si no, que lo dijera Manuel Piar.
Inquebrantable Bolívar, hoy contigo Venezuela puede gritar: Gloria al Bravo Pueblo, el ejemplo de Caracas seguiremos a rabiar. Qué viva tu nacimiento, en tierras de pasión, talento, empuje y libertad.
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