Redacción 2001.com.ve/ Revista Dinero
El Banco Central de Venezuela aún no ha publicado las cifras de inflación de los primeros 5 meses del año, sin embargo, hay señales que sugieren una aceleración del indicador que ya pudo alcanzar los tres dígitos.
Según expertos, el alza se debe en parte por la monetización de la economía, o inyección de dinero sin respaldo económico en los últimos meses.
El mes de diciembre arrojó una inflación de 68.5 %, y fue la última cifra revelada por el ente bancario.
Barclays señaló en un informe que el costo de las decisiones políticas del Gobierno y el mantenimiento de las distorsiones se están sintiendo en la economía venezolana.
"La resistencia de las autoridades a devaluar el tipo de cambio los sigue obligando a monetizar el déficit. El financiamiento del Banco Central de Venezuela a PDVSA aumentó un 37 por ciento en el primer trimestre del 2015, llegando a 250.000 millones de bolívares", señaló la firma en un análisis a inversionistas.
En cuanto a los pagos de deuda externa, Barclays afirma que los compromisos pendientes para el 2015 están asegurados en parte por una ligera recuperación de los precios del petróleo. Sin embargo, ven con cautela los pagos de deuda que deberá cumplir el país en el 2016. "El Gobierno podría estar en una situación más débil.
Señalan que aunque de manera relativa han ingresado más ingresos por las ventas de petróleo, un mayor nivel de importaciones públicas pondrá en riesgo los pagos en el 2016. No obstante, hace referencia a un descenso significativo de las importaciones privadas.
Barclays mencionó la reciente caída de las reservas internacionales, sin embargo espera una recuperación antes de los pagos de deuda de octubre y noviembre de este año.
Según cifras recientes del Banco Central, las reservas internacionales bajaron a 17.526 millones al 22 de mayo, su más bajo nivel en lo que va de año. El 2 de enero, estos activos estaban en 22.079 millones de dólares.
Además de las bajas reservas, el país enfrenta una severa escasez de bienes esenciales.
El Gobierno atribuye la escasez a una "guerra económica", mientras que sectores privados afirman que las restricciones y la falta de divisas golpea la producción.