Ana Cristina Blanco
La Navidad, en el mundo, celebra el nacimiento del Hijo de Dios. En Venezuela se instauró como la festividad que aprovecha este motivo para conjugar tradiciones criollas con el sentimiento de reencuentro y armonía familiar.
Una cena navideña con hallacas, pan de jamón, pernil, ensalada de gallina, panetón, torta negra y dulce lechosa fue siempre el centro de la tradición para el 24 de diciembre, cuando se espera el nacimiento del Niño Jesús. Para este día, la norma dictaba que todo el mundo en casa estrenaba ropa y zapatos, mientras que los pequeños recibían el esperado regalo del Niño y los grandes intercambiaban obsequios.
“Empecé a comprar los ingredientes para las hallacas en septiembre: aceitunas, pasitas y alcaparras, donde las veías más baratas. Después, hicimos una vaca en toda la familia para comprar carne, pollo y cochino. Para la cebolla y el pimentón, que es tan caro, ahorramos y vamos a comprarlo aquí en el Mercado Mayor de Coche que es un poco más barato”, relató Yolanda Contreras, de 65 años.
En su casa resolvieron explicar a los niños quién trae los regalos el 24 y por qué no pueden comprarlos. Para los estrenos “pedimos a amigos afuera que compren zapatos para los niños y los manden”.
Además de esto, lo natural para el venezolano era hacer fiestas con familiares, amigos y compañeros de trabajo durante todo diciembre. Las empresas solían brindar grandes agasajos a sus trabajadores y los más jóvenes planeaban salidas a diestra y siniestra.
Planificarse es vital. Frankarlo Gallardo tiene 38 años, es caraqueño, administrador de profesión y taxista de oficio. “Las cervezadas con la familia, los amigos y los vecinos eran diarias. Uno tomaba porque la tradición era que socializabas todos los días”, recordó. “Ahora ni una cerveza diaria se puede tomar porque el ingreso monetario no te lo permite; además, sería un derroche en alcohol que no debe ser”.
Entonces, él y su esposa decidieron fijar prioridades para mantener la tradición: “Las hallacas y el pernil son lo primero, no nos frenamos y pagamos lo que cueste. Ya me dieron precio de cinco dólares por el kilo de pernil. El pan de jamón no es tan importante, si se puede lo compramos”. Para lograrlo, él y su esposa decidieron restringir las “saliditas”.
Lo otro prioritario son los estrenos y el regalo de Niño Jesús para su hijo de ocho años de edad. “Una pelota de básket cuesta entre 80 y 90 dólares, lo que me parece exorbitante. No será fácil ese regalo pero es importante para que él pase la Navidad feliz, igual que comprarle los estrenos de ropa”, explicó. “Los estrenos para nosotros ya no existen. Yo no salgo a comprar para diciembre desde hace más de ocho años. Nos conformamos con la ropa en buen estado que todavía tenemos”, dijo.
Navidad en adversidad. “Esta Navidad es incierta para nosotros porque tenemos a mi hermanohospitalizado en terapia intensiva, así que todo dependerá de eso. Comeremos lo que Dios nos socorra, quizás hallacas y pan”, contó José Delgado, de 50 años.
Aseguró que no es “un grinch”, pero no le gustan las tradiciones porque comprometen a la gente a hacer lo que no quiere y dar lo que no tiene. “Lo mejor es compartir y ser bueno todo el año, así se evita ser hipócrita en esta fecha”.
“Pusimos arbolito y adornos antes de lo que ocurrió con mi hermano y las hallacas también son fijas, aunque este año no sé cómo haremos porque no hay plata. Todo lo hemos gastado con mi hermano”, expresó. Tal vez puedan darle un regalo a su hija, pero no es obligatorio porque “a ella y a nuestros padres le damos todo el año”.
Ni un petro alcanza. Ana Martínez, jubilada de 65 años de edad, afirmó que este es el momento de mantener una buena actitud. “Esa es la mejor tradición que hay. No se puede estar uno quejando de la mala calidad de vida sino hacer que esta crisis nos ayude a unirnos un poquito más, a hermanarnos y compartir más, así como Jesús compartió su cena con sus 12 apóstoles”.
Recomendó “llegar hasta donde se puede. Por lo caro y la hiperinflación hay que olvidarse de estrenos y regalos. Creo que la gente ya está acostumbrada. Ni que regalen un petro alcanza”.
Para disfrutar la comida navideña recomendó hacer las hallacas entre varias familias se unen “y así les sale más económico o si yo hago un pan de jamón, puedo cambiar la mitad por una hallaca a mi vecina. Todo es tener el espíritu alegre y vivaz de la fecha”.
2019-12-07
Para mantenerte informado sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online