En una era tecnológica las fotos físicas no pierden valor para muchas personas, quienes capturan sus momentos preferidos y los dejan guardados en una carpeta de su celular.
El equipo del Diario 2001 realizó un recorrido por varios fotoestudios para conocer sobre la situación actual de estas casas de fotografías.
“La clientela no es la misma de hace años, ya no hay tanta demanda, mas allá de fotos carnet”, compartió Daniel Arismendi, encargado de un fotoestudio en Altamira.
“Antes la gente se tomaba foto por todo y les gustaba enmarcarlas en álbumes, cuadros, es decir, tenerlas en físico, pero ahora no, debido que a las funciones que brinda un teléfono”, destacó, además expresó que las fotos físicas “no llaman la atención para seguir publicadas en redes sociales y ahora todo foto que se toma es con la intención de inmortalizarla en la web”.
De tal manera aseguró que aún prevalece la impresión de fotos, sin embargo, hace años se hacían sesiones de foto en carnavales, cumpleaños “o cualquier celebración” mientras que ahora estas fotografías “se dejan almacenadas en una memory card”.
En cuanto a la importancia de este material en físico, Arismendi compartió que una foto en físico cuidada y protegida “no se borra ni se pierde”, a diferencia de las fotografías digitales que pueden perderse en el almacenamiento de un teléfono.
Reportes en fotoestudios
Por otro lado, en un fotoestudio en la avenida Urdaneta, los empleados resaltan que a pesar de que no hay tantos establecimientos abiertos hay mucha competencia en cuanto a la poca clientela que les llega, especialmente por los diferentes precios que ofertan.
La encargada, quien no dio nombre. Señaló que en su local usan papel fotográfico Kodak, lo que hace que la impresión sea de buena calidad pero más costosa.
“Es un papel que se mantiene y la foto no se daña, aquí vienen clientes con fotos borradas y manchadas porque el papel no es bueno, pero prefieren pagarlo porque suele ser más barato”, indicó.
Además agregó que con el costo de los servicios no siempre da para cubrir el mantenimiento y la compra de materiales. “A veces tenemos que bajar los costos y no da del todo”, explicó.
En Photo Lab, Yaxaira Sanchez señala que desde el comienzo de las clases presenciales han registrado un aumento en la demanda de impresión de fotos, sobre todo aquellas de actos de promoción y graduación.
Retos de los establecimientos
Además de verse enfrentados con una clientela que baja a medida que pasa el tiempo, los fotoestudios se ven envueltos en problemas de conexión y falta de papel para la impresión de las fotografías.
En Photo Lab señalaron que pasaron una semana sin papel fotográfico.
Mientras que en el fotoestudio de la avenida Urdaneta tienen más de 3 años sin conexión a internet, lo que limita las formas de pago a bolívares en efectivo, dólares o pago móvil.
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