La ONG Convite presentó los resultados del programa de protección en materia de salud que benefició a 1.216 adultos mayores en el Distrito Capital y Miranda.
La iniciativa surgió ante la “emergencia humanitaria compleja, en la cual los adultos mayores son los más afectados. Estuvimos dándole forma desde 2019”, explicó el director de la agrupación, Luis Francisco Cabezas.
ONG Convite en las zonas vulnerables
Informó que los abuelos recibieron apoyo psicosocial, sillas de rueda, bastones, atención médica, kits de bioseguridad y, recientemente, se incluyó proteína preparada, con raciones de una semana.
Explicó que el criterio de selección obedeció a la capacidad comunitaria instalada, con voluntarios de Convite.
“Determinamos aquellas personas que tienen mayores riesgos de vulnerabilidad, por ejemplo, si vive solo, personas con discapacidad, si tenían alguna patología”.
Desde los espacios del Centro Cultural Chacao, el coordinador de la ONG, Javier Manrique precisó que en la ejecución del plan participaron 200 voluntarios. Estos se capacitaron para “la protección y salvaguarda, protección de data, bioseguridad y asistencia humanitaria inclusiva con criterios internacionales”.
La prioridad de los adultos mayores
El también médico agregó que las futuras acciones del plan incluirán “como prioridad la provisión de alimentos, medicamentos y atención médica primaria por especialidades, las áreas más críticas y donde identificamos las mayores necesidades”.
Asimismo, indicó que uno de los hallazgos durante la ejecución del proyecto fue la situación de vulnerabilidad en sectores populares, sino también zonas consideradas de clase media, en las cuales presenciaron abandono y desnutrición en los ancianos.
“Vimos deshidratación, falta de higiene, neveras dañadas con comida podrida, sin agua. Sin embargo, también hay experiencias positivas, porque entrenamos a personas mayores para que atiendan a otros adultos mayores, es una red”, explicó.
Entretanto, puntualizó que el Estado es el responsable primario de la atención de las personas mayores a los 60 años de edad.
“Cuando eso no ocurre, allí es cuando entramos la ONG. La solución ideal es darle herramientas para que tengan un ingreso y salgan de la situación precaria”, manifestó.
Por último, los delegados de la institución establecieron alianzas con agencias de coordinación humanitaria, autoridades locales y líderes comunitarios para ejecutar el proyecto.
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