Carlos Carreño Zabala | [email protected]
Rafael Arráiz Lucca concibe la historia de forma elíptica. “Se trata de una constante repetición de momentos que comparten semejanzas pero que no llegan a ser nunca iguales”, así plantea el historiador, escritor, abogado y profesor universitario, la rama de estudio a la que ha dedicado su vida.
No obstante, Arráiz no se ciñe solo a los acontecimientos de antaño y que forman parte de la memoria nacional sino también que indaga sobre el devenir político, económico y social actual, tan convulso y enmarañado como en el siglo XIX.
“Al presidente Maduro no le encuentro similitud con otro personaje de nuestra historia”, expresa el escritor, quien defiende que la resolución a la crisis venezolana va más allá de la búsqueda de un Mesías o héroe.
-Actualmente la situación del país es particular, pero ¿con cuál otro momento de la historia podría comparar este?
-Habría que dividirlo desde el punto de vista político y desde el punto de vista económico. En lo político tiene muchas similitudes con otros períodos históricos como el siglo XIX. Durante todo ese siglo el autoritarismo estuvo a la orden del día. Todo el proceso del chavismo tiene semejanzas con el “Monagato”, con José Tadeo Monagas, quien cambia la constitución, establece el período presidencial de seis años y la reelección de forma inmediata.
-¿Y desde el punto de vista económico?
-Desde el punto de vista económico con ningún otro porque en Venezuela no había ocurrido nunca una destrucción sistemática del aparato productivo. Esa persecución a los empresarios durante muchos años, primero por parte de Hugo Chávez y luego por parte de Nicolás Maduro, ha traído una situación económica muy difícil.
-De acuerdo a nuestro pasado histórico, ¿Hacia dónde se dirige el país?
-Yo no sabría decirte hacia dónde vamos. Si se respetara la tradición venezolana de antaño, deberíamos ir hacia una negociación política en la que el gobierno y la oposición llegaran a un acuerdo de convivencia pacífica, pero a veces dudo que eso sea posible por la conducta que observo en el gobierno, quien no da ningún paso adelante. Eso me lleva a pensar que el gobierno no quiere la paz.
-¿Cuáles son los elementos fundamentales de la negociación que propone?
-Que el gobierno acepte cumplir la Constitución y las leyes, es decir, que el gobierno reconozca a la Asamblea Nacional, libere a los presos políticos, que el gobierno no siga postergando las elecciones sino que las fije. Hay que fijar las elecciones de alcaldes y las presidenciales también, de modo que el país sepa que vamos a unos encuentros electorales donde el pueblo va a tomar su decisión y que se va a respetar la decisión del pueblo.
-¿Deben tener los militares necesariamente participación en esa negociación política?
-En las primeras etapas de esa negociación política no necesariamente tendría que ser así. Sencillamente lo que hay que pedirles a los militares es que cumplan con las leyes que rigen el estamento militar y que cumplan con la Constitución.
-De no darse la negociación ¿sobre qué base se establecerá un nuevo gobierno?
-No encuentro sobre qué base porque la Constituyente que propone el gobierno es evidente que no tiene el apoyo del pueblo. Si el gobierno insiste con el proyecto de la Constituyente, la tensión se va a incrementar porque está tratando de imponer un proyecto político a una mayoría que no lo quiere. El gobierno no cede y hay un juego muy difícil y trancado y uno no ve una salida.
-La Constituyente es promovida por parte del gobierno como un mecanismo de negociación, ¿usted qué opina?
-Que no puede serlo porque ahí no participó la oposición y es un mecanismo inconstitucional al no haber un referendo en el que el pueblo diga si quiere Constituyente o no. En razón de eso propone unas elecciones. ¿Se trata de un diálogo de quién?, ¿entre el gobierno solo? ¿Cómo se puede alcanzar la paz ahí? Pareciera que el gobierno no ha entendido que ese sector que respaldaba a Hugo Chávez ya no respalda a Nicolás Maduro y están respaldando a la oposición y a un proyecto político distinto.
-Actualmente hay fuertes choques entre los poderes públicos nacionales, ¿eso es normal en democracia?
-En una democracia que funciona normalmente no hay estos encontronazos. Éstos son evidencias de que en el país hay una crisis muy profunda que comenzó, a mi juicio, cuando las fuerzas del gobierno perdieron la Asamblea Nacional y el gobierno ahora está tratando de destituir a la Fiscal General. De modo que son prácticas todas reñidas con el juego democrático.
-¿Quién puede salir ganando y quién perdiendo en estos choques entre poderes?
-En estos choques sale perdiendo Venezuela y todos los venezolanos. El gobierno cree que sale ganando con estos choques pero el gobierno también está perdiendo. Al gobierno lo que más le convendría es respetar el juego democrático, perder las elecciones de gobernadores, perder las elecciones presidenciales, y preservarse como una fuerza política democrática en Venezuela, eso es lo mejor para el chavismo pero no están tomando ese camino.
-¿Qué camino está tomando el gobierno de Nicolás Maduro?
-El gobierno está tomando un camino que puede llevar a que en el futuro no tengan respaldo democrático en el país y desaparezcan. Por eso se ha dado un proceso de erosión en el chavismo y hay un sector del chavismo democrático que no respalda al gobierno porque entienden que en el futuro la única manera de seguir vivos es preservándose demócratas, como es el caso de la Fiscal General o del Partido Marea Socialista. Creo que se van a ir manifestando otros a lo largo del tiempo porque hay fuerzas democráticas dentro del chavismo que están tratando de sobrevivir a esta coyuntura.
-Sostiene que los choques entre poderes no se dan en una democracia normal, ¿en qué sistema político vivimos?
-Estamos en la anomia. No hay normas. La separación de los poderes del Estado está vulnerada y no se está respetando desde hace unos cuantos años en Venezuela, pero ahora se ha profundizado mucho más. La autonomía del Poder Judicial es prácticamente débil y es obvio que este poder no toma decisiones que vayan contra los intereses del gobierno.
-Para muchos las libertades cada vez son más limitadas, ¿está preparado el país para afrontar una nueva dictadura?
-El país se resiste a eso. Se quiere vivir en un sistema democrático y creo que el destino histórico de los venezolanos es la democracia y creo que lo estamos demostrando.
-¿La represión que practica el Estado en la actualidad tiene características inéditas o la podemos encontrar en otra época?
-Represión ha habido a manifestaciones populares en otros momentos históricos, sobre todo en las dictaduras de Gómez y de Pérez Jiménez. Ahora, en ningún momento ha sido como la que se ha vivido en la actualidad, pero también depende de las circunstancias, por ejemplo, en Venezuela no había habido una rebelión popular como la actual, tan prolongada y tan intensa y que abarcara todos los estratos sociales y todo el país. Las protestas se dan todos los días prácticamente en toda Venezuela, eso no había ocurrido antes.
-Ha dicho que los militares no están preparados para gobernar el país, pero ¿están los civiles preparados para gobernar o para resolver la crisis nacional?
-El gobierno es quien tiene que dar unos pasos para superar la crisis porque la crisis que tenemos es su obra, no de la oposición. Buena parte de los pasos que tienen que dar es sentarse a negociar con la oposición y en esa negociación llegar a acuerdos que el gobierno tiene que cumplir. Yo abogo por una negociación porque el país lo necesita y por los niveles de violencia.
-Hay dirigentes del oficialismo que hablan de crear una nueva Carta Magna a través de la Constituyente, ¿cuál es su posición al respecto?
-La conflictividad social no va a terminar con la aprobación de una nueva constitución. Además, esta constituyente que se está convocando con apoyo de un sector reducido del país para modificar el Estado sin que los venezolanos sepamos en qué orden van a modificarlo, es totalmente inconveniente y que no va a favorecer al gobierno ni al país.
-¿Para solucionar la crisis actual hay que buscar ejemplos en la historia?
-Sin duda, la historia es una maestra de la vida.
-¿A qué se debe la recurrencia de ciertos regímenes para modificar el ordenamiento jurídico?
-A que se les presenta una crisis, no encuentran otra salida y recurren a este mecanismo, esto ha ocurrido varias veces y se hacen constituciones “a su medida”. No siempre ha sido así pero ha ocurrido varias veces a lo largo de la historia del país. La Constitución del 99, en líneas generales, es una constitución democrática. Se puede decir que Hugo Chávez no hizo esta constitución a su medida como si hizo José Tadeo Monagas con la constitución de 1857.
-¿Quiere el presidente Nicolás Maduro hacerse una constitución a su medida?
-No lo sabemos. Pareciera que sí.
-¿Cómo juzgará la historia al presidente Maduro?
-De seguir cómo va, la historia lo va a juzgar muy mal.
2017-07-01