2001.com.ve | Ingrid Brabo Balabú
El comediante Ricardo Del Búfalo es un hombre optimista. En el mundo del espectáculo muchos de sus colegas emigraron por el cierre de espacios o para buscar nuevas oportunidades ante los embates de la crisis venezolana, pero él decidió quedarse.
Desde la intimidad de su hogar compartió con el equipo del Diario 2001 y reveló las dificultades de los comediantes para realizar sus show en el país, las metas de cara a 2020 y hasta los momentos embarazosos que ha sorteado en medio de las reuniones sociales cuando le piden “un chistecito”.
¿Cómo es llevar el humor día a día?
En mi caso es difícil. Ser humorista requiere estar de buen humor y me pone de mal humor los absurdos de la calle, que las cosas estén mal cuando deben estar bien, que haya un hueco enorme en la avenida y dure 10 años así, eso me amarga la vida y al final termino haciendo chistes de eso.
¿Qué tan difícil es ser humorista en Venezuela? Hay interés de los más jóvenes de dedicarse a la comedia. Se han cerrado los medios tradicionales, ya no hay comedia en los canales de televisión o lo que hay es muy suavecito, no hay un humor transgresor, la situación política y las leyes no lo permiten.
¿Qué ha pasado?
Se han abierto otros medios como restaurantes, teatros, los bares llenos de comedia por todos lados. La gente llena los show de Stand Up Comedy, con 400, 500 personas. También en Spotify, Youtube, los podcast, hay medios que se utilizan ante la censura de los medios grandes.
¿Y es un negocio rentable?
Más o menos. Tienes que gozar de reconocimiento o fama para que te contraten. Ser un humorista que está empezando ahorita es ser mal pagado, es ir a eventos en los rincones más grandes del país y te paguen una miseria, te metan en un hotel horrible, con cucarachas, sin agua caliente, sin aire acondicionado. Esa es una situación que viven quienes comienzan en esto.
Cambiemos radicalmente el rumbo de esta entrevista. Vienen las celebraciones de Navidad, Año Nuevo, se reúne la familia, siempre hay alguien que quiere hacerse el chistoso.
¿Cuáles son los momentos más embarazosos que se pueden vivir en estas fiestas y cómo sobrellevarlos?
Cuando te piden un chiste. ¡No, no! Yo no estoy trabajando, yo quiero comer hallacas, escuchar los cuentos de la gente y nutrirme de ellos para poder trabajar el año que viene. Me nutro más de la gente que ellos de mí.
En una de tus canciones hablas de optimismo.¿Cómo serlo en ese momento?
El humor es proyectar eso, lo mejor de cada persona. Yo creo que el humor proyecta cosas malas de uno, lo hace agresivo y lo expresa de otra manera, para que la gente se ría y se genere una paz. Estar de buen humor es estar de buen ánimo.
Si uno está en Venezuela uno debe tener claro un objetivo, lograr metas a corto plazo que te hagan feliz o tranquilo a pesar de tener un ambiente hostil, tan agresivo, tan complicado y adverso. La manera de ser optimista es viendo progreso así sea en tu vida personal. El progreso no puede ser sobre las ruinas del país, sino para ayudar a su reconstrucción.
Tocas un punto importante: la proyección de cosas malas. Hay controversia sobre la nueva forma de hacer comedia y hay sectores que se sienten ofendidos, es decir, que creen que en vez de chistes es bullying en contra de algunos grupos sociales
Hay minorías humilladas, como la comunidad LGBTI o las personas con discapacidad. Hay algo con el humor, por ejemplo, ayuda a visibilizar. Fíjate, en un evento un grupo de comediantes hace chistes sobre Michael Melamed e incluso él participa. ¿Qué hay allí? Hay un nivel en el que todos son iguales, sin que haya degradación o humillación. Claro está, cuando el humor cruza la línea y viola la libertad de la persona y el chiste es malo, no funciona. No es que no se deban hacer chistes de minorías, pienso que deben ser inteligentes y no para hacer ver a la gente como inferior.
Hace dos o tres años tuviste una situación en Twitter por un chiste que hiciste sobre Miss Canadá. ¿Qué aprendiste de eso?
Aprendí que cuando un hombre se burla del cuerpo de una mujer, es peor visto a que una mujer se burle de otra mujer (…) No he hecho más chistes sobre el cuerpo de una mujer, eso se ve feo y a la gente no le gusta, genera más daño que beneficio. Ella me comentó que fui muy grosero y yo le respondí que no le quería ofender. No me burlé del cuerpo, sino que hice referencia a la axila.
¿Has tenido alguna situación tensa con los políticos que imitas en tus show o ellos se lo toman bien?
No he tenido alguna situación tensa, tampoco amenazas u hostigamiento, porque en el fondo, cuando los imito, busco fastidiar, pero no generar enemistades. Yo imito lo que se ve, lo que está en la calle.
¿Crees que esa jocosidad del venezolano ayuda a mantener el humor? Si algo defiende a los venezolanos es esa capacidad para hacer un chiste de todo.
Yo creo que sí, el venezolano se ríe mucho, pero se va hacia la mamadera de gallo y eso para mí es peligroso porque banaliza, no es gracioso. El mamador de gallo es ese que hace un chiste para reírse él solo y no los demás. El humor va más allá, de hablar de los problemas que tenemos con ingenio.
El joven comunicador social no pierde la esperanza y a ella se aferra para que nunca falten las carcajadas en medio del agobio cotidiano.
2019-12-22
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