Luisandra Barboza
En el marco del día del Trabajador Universitario, quienes con su labor permiten el óptimo funcionamiento de las instituciones, surge un cuestionamiento ¿En la actualidad este sector tiene algo que celebrar en Venezuela?
Las limitaciones presupuestarias, que desde hace más de una década padecen las universidades del país, se han agudizado en los últimos años con la deserción de personal tanto administrativo, como docente, obrero e icluso estudiantil.
Agua y sal
Los trabajadores aseguran que los sueldos del gremio universitario se encuentran como el país, devaluado. El aumento del 58% decretado por el presidente Nicolás Maduro, a partir del primero de marzo, dejó atrás el incremento que habría hecho el Ministerio de Educación en enero en un 40%, lo que convirtió en agua y sal el poder adquisitivo, sobre todo en los escalafones más bajos.
Para ese entonces, la tabla salarial publicada por la Federación de Trabajadores y Trabajadoras Universitarios de Venezuela con el aumento de 40 % – previa al incremento del 58% con respecto al sueldo mínimo- señalaba que el salario integral de un instructor de dedicación exclusiva es de 1,5 millones.
Jessy Divo, rectora de la Universidad de Carabobo (UC), advirtió que los trabajadores devengan sueldos de hambre y aun así no abandonan sus puestos de trabajo, a pesar de que deben hacer magia para cumplir con sus asignaciones y horarios laborales.
A través de la red social de Twitter la rectora de la UC anunció que la casa había recibido por parte de la Oficina de Planificación del Sector Universitaria (OPSU) Bs. 10.313.101,086 de un total de 26.329.896.113”. Que sería cancelado para el personal obrero, administrativo y docente, pero sin el incremento del aumento salarial del 58% asignado por el Ejecutivo.
De igual manera, el profesor Euclides Querales, representante de la Asociación de Profesores Universitarios de la Universidad de Carabobo, señaló que “La primera quincena del mes de marzo, se suma a la gravísima situación económica que padece este sector, la cual se hace insostenible cada vez más por el cerco perverso y criminal que el Gobierno tiene desde hace años en contra de las universidades autónomas del país”.
Señaló que los recursos para el funcionamiento esencial de la institución están en Caracas y lo envían “a cuenta gota” a través de la OPSU. Desde la compra de material de oficina, hasta los recursos del transporte y el comedor.
“Sacaron todos los recursos de carácter financiero/económico con el único fin de quebrar moralmente a la universidad y su comunidad”, conideró.
Contratación Colectiva
Además, Querales denunció las irregularidades sobre la aprobación de una contratación colectiva que no fue consultada entre los gremios universitarios.
“Es un documento que nadie conoce y que no existe entre las publicaciones del Ministerio de Educación Universitaria”, advirtió.
Por su parte, Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Universidad Central de Venezuela (Sinatucv), asevero que “la crisis impuesta, la terminan pagando los trabajadores, “los que vivimos del salario”.
Enfatizó que el gremio busca una “opción justa” en función de garantizar una discusión de una contratación colectiva digna, que presenten por derecho.
Víctor Márquez presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (Apucv), dijo que tanto las asociaciones de profesores de la Universidad Central de Venezuela, como las otras federaciones del país coinciden en que se deben acordar medidas urgentes que permitan paliar la crisis salarial y las condiciones del sector educativo.
El presidente de la asociación dijo que quedaron debiendo seis meses de lo que corresponde al HCM básico: “Los recursos fueron enviados a la Oficina de Planificación Universitaria y nunca se pasaron a la universidad”.
En la actual contratación colectiva, que estará vigente hasta marzo, se había acordado un plan de alimentación para los trabajadores y uno de vivienda, los cuales no se cumplieron.
“Cómo va a ir a trabajar un profesor, cómo se va movilizar, con qué come”, cuestionó Márquez.
Seguridad y Garantías
Rubén Darío Albornoz, presidente del Sindicato de Empleados Administrativos de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Sindeucla), informó que en la institución no cuentan cn transporte y el salario es tan bajo que no les permite cubrir los pasajes para ir a sus puestos, “Difícilmente da para comer, por lo que buscamos modificar los turnos de trabajo y así minimizar los gastos de pasaje y garantizar la funcionalidad de la universidad”.
Albornoz señaló que la inseguridad es el pan diario de esta institución en el que “ la oficina del decano no quedan ni computadoras, sehan roban filtros de agua, microondas, todo; operativamente está en riesgo la funcionalidad de los diferentes decanatos”.
Por su parte Víctor Orozco, secretario de Higiene y Seguridad Industrial, enfatizó que “estamos pagando para trabajar, la realidad de los trabajadores de la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado (UCLA) es que están financiando el trabajo”.
2018-03-19