Paola Ñáñez
El Cardenal Jorge Urosa Savino afirmó en un comunicado que la codicia es lo que ha llevado a la corrupción y a la especulación en el país.
A continuación lo más destacado
Mis queridos Hermanos y Hermanas:
Tendremos una Navidad feliz y útil si afrontamos el reto de vivir como hijos de Dios, de vivir como hermanos, practicando la solidaridad, rechazando el mal en todas sus formas, perdonando a quienes nos ofenden, trabajando por el país, luchando por los derechos humanos, la libertad y la justicia.
Todos estamos preocupados por la difícil situación del país. Es bueno recordar que la actual crisis económica de Venezuela se da cuando tenemos cuantiosos ingresos por los altos precios del petróleo. Una de las causas de esta crisis es, entre otras que no vamos a tocar aquí, el gravísimo pecado de la codicia, el afán desenfrenado de dinero fácil, que lleva a la corrupción, al robo de los recursos de la nación, a la especulación, a exigir precios exorbitantes, etc. Estamos en un ambiente socio-moral de laxitud, de poca conciencia de la maldad de esas acciones. Pues bien: es necesario recordar que todo eso es pecado, que nos separa de Cristo, nos hace vulgares delincuentes, y que Dios lo castiga.
Por otro lado hay actualmente en el país un ambiente socio-moral de violencia: Esa violencia que se manifiesta cuando reaccionamos exageradamente ante cualquier contrariedad u ofensa. Y que en sus expresiones más graves lleva al odio, al asesinato, a la delincuencia asesina, y a la destrucción de los demás.
Pues bien: es necesario que en esta Navidad reflexionemos sobre esas plagas de nuestra actual situación socio-moral, que las rechacemos de corazón, y escuchemos la palabra de Dios que nos dice en sus mandamientos: No robarás y No matarás.
Es preciso que en estas semanas de preparación a la Navidad desterremos la violencia de nuestros corazones, y nos llenemos de bondad, de buenos sentimientos, de caridad viva hacia los demás. Y rechacemos la maldad de la codicia, del robo y de la corrupción.
Queridos hermanos y hermanas: Que el Señor conceda a todos ustedes una Navidad muy útil, de renovación cristiana y religiosa, de encuentro con Dios y con los demás. Pido especialmente por los que sufren la soledad, algún duelo reciente, la pena de la enfermedad. Y especialmente por los presos en nuestras cárceles, para que los funcionarios del Estado responsables de ellas, resuelvan los problemas graves que aquejan a nuestras prisiones.
¡A todos les deseo una Navidad feliz y provechosa! Con mi afectuosa bendición episcopal.
Cardenal Jorge Urosa Savino