Venezuela acusó este viernes a Colombia y Estados Unidos de estar detrás de un plan "terrorista" para hacer explotar una refinería de Pdvsa.
El vicepresidente económico, Tareck El Aissami, presentó la denuncia en la que anunció que por estos hechos capturaron a dos venezolanos. Supuestamente entrenados en Colombia y asesorados por las estadounidenses Agencia Central de Inteligencia (CIA) y Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
EL PLAN FRUSTRADO
"Este plan terrorista se preparó en Colombia por desertores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, quienes gozan de protección y apoyo del Gobierno colombiano", aseguró.
El Aissami denunció que las autoridades colombianas "facilitaron el traslado e ingreso irregular de provisiones y dispositivos para la concreción" de este plan.
El atentado buscaba "simular que son supuestas células subversivas internas contrarias al Gobierno" de Maduro.
Estas acciones estuvieron "financiadas y apoyadas por Iván Duque", reiteró.
Sobre los detenidos, detalló que los capturaron en el estado Carabobo, donde se ubica la refinería que pretendían volar. Responden a los nombres de Francisco Pacheco y César Guevara a quienes les incautaron varios kilos de "poderosos explosivos".
Además de atacar la refinería, continuó, "pretendían explotar y destruir el principal poliducto de bombeo de gasolinas". Así como causar otras "consecuencias impredecibles" entre las que mencionó hacer volar la mitad de Puerto Cabello.
SUSPENDER ELECCIONES
Toda esta planificación, indicó El Aissami, tenía como objetivo suspender las elecciones parlamentarias celebradas el domingo.
"Este frustrado atentado terrorista iba a perpetrarse antes de las elecciones parlamentarias para generar una conmoción nacional (…) pretendían que esta acción criminal derivara en la suspensión del proceso electoral", sostuvo.
Señaló que la Fiscalía venezolana investiga estos hechos y hasta ahora tienen información sobre "cuánto les pagaron" a los implicados y cuáles fueron sus "contactos en Colombia".
Según el vicepresidente, el plan incluía una segunda parte que consistía en una "incursión de oficiales desertores (de la FANB) y colombianos entrenados en Cúcuta para perpetrar este atentado".
Venezuela denunció numerosos planes frustrados que califica de terroristas y que buscaban afectar la industria petrolera local que hoy no es capaz de cubrir la demanda nacional de combustible.
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