María Isabel Rangel | [email protected]
Aunque el coronavirus promueve el distanciamiento social algunas familias se juntaron más que antes. La cuarentena obligatoria por COVID-19 junto a la crisis económica que atraviesa Venezuela quitó de los planes de muchos jóvenes a independizarse.
Diversos jóvenes consultados comentaron sus deseos de tener una casa propia. Sin embargo confesaron que los altos precios de estas los frenan a alquilar alguna. También sumaron a la pandemia, pues no creen poder estar solos tanto tiempo.
Nadia Morales, quien alquila apartamentos, destacó que "hace más de 10 años veías parejas adolescentes buscando casas; hora ni siquiera las parejas adultas pueden alquilar".
La mujer comentó que "he conocido casos de personas que se tuvieron que ir a vivir con un familiar o amigo porque no tenían como pagar una renta. Esto se ve desde mucho antes de la pandemia".
Alquilar de casas
Francisco Luna, de 23 años, señaló que por más que ahorre es "imposible" alquilar un apartamento. "Cuando llegas a tu cuota resulta que fue aumentada y así sucesivamente", comentó. Además agregó que "no he experimentado vivir en pareja porque no puedo traer a alguien a la casa de mis padres ni puedo mudarme a la casa de mi novia".
Clara Durán, enfermera de 27 años, confesó que luego de vivir alquilada por cinco años volvió a la casa de sus abuelos por falta de dinero para el condominio. "O pagaba la renta o tenía para comer. Fue frustrante dejar mi espacio personal, pero era lo único que podía hacer", dijo la joven.
Consecuencias. La psicóloga Estefanía Méndez señaló que personas que viven juntas sin tener un vínculo familia de padres-hijos tienden a pelear con frecuencia.
"La convivencia se vuelve pesada y la otra personas "estorba" para el dueño de la casa, por mucho cariño que haya", explicó.
Méndez añadió que "empiezan a haber roces, críticas y demás cosas. Puesto que con el tiempo el inquilino toma parte del terreno del anfitrión".
La experta detalló que es importante que ambas partes señalen al comienzo de la convivencia lo que se puede y no hacer, para así evitar confrontaciones.
"Como dueño de la casa deben establecer límites que el invitado no puede cruzar, al igual que este va a crear reglas que el anfitrión no puede romper, pues ya le dio el chance de estar ahí primeramente", comentó.
Datos
50 dólares es el precio mínimo en una habitación de alquiler, dependiendo de la zona los precios varían y pueden rondar hasta los 100 dólares mensuales.
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