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Zapatero "le dora la píldora" a Leopoldo López

Sabado, 18 de junio de 2016 a las 08:00 pm
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Odell López Escote | [email protected]

Todo se supo en “La Atrevida”, la casota donde el dirigente político Leopoldo López creció, comenzó a jugar a la política. Luego de cruzar un pasillo de piso de parquet en forma zig zag el paisaje se abrió a uno de los salones de la casa López Mendoza. Allí estaba Lilian Tintori, sentada en un mueble ocre oscuro. Miraba hacia abajo, miraba al frente, con sus gestos complementaban lo que decían sus palabras.

“Estoy segura que esta semana ocurrirá algo con Leopoldo. No es ingeniudad, el Gobierno ha formado una trama a través de Zapatero (José Luis Rodríguez, el expresidente del gobierno español), para doblegar a Leo y que acepte una medida que refresque a Maduro”, dice.

Todos los presentes, sentados en un círculo, hacen silencio hasta que una pregunta rompe la mudez. “¿Por qué está tan segura que esto va a ocurrir?. ¿El Gobierno les ha dicho algo?”.

El último año ha sido el más difícil para López, quien justo el 19 de febrero cumplió dos años encerrado en la cárcel militar de Ramo Verde. Desde enero de 2015 al dirigente vive en una fortaleza. Una torre gris de cuatro pisos, cuadrada, húmeda y por las noches muy fría, un lugar solo para él, porque así lo decidió el coronel Viloria.

En los mejores días Leopoldo escuchaba las aves que rodean la montaña donde está Ramo Verde. En los peores su conciencia y el eco de la soledad.

“Lo quieren quebrar, yo lo vi tan mal que me preocupé”, dice Tintori mientras se envuelve en una chaqueta gris, para mitigar el frío que hace en la lujosa y ventilada sala.

La llegada de Zapatero a la cárcel asomó una estrategia gubernamental, según creen los familiares. “Su visita estaba pautada dos semanas antes de que llegó, pero coincidió con la de Albert Rivera (también político español) y decidieron retrasarla”, dice la esposa de López.

Mientras Zapatero estaba cancelando su vuelo a Venezuela, en la misma forma entraron par de acompañantes a “la fortaleza”. Un coronel detenido por casos de corrupción y otro militar a quienes recluyeron muy cerca de Leopoldo. Ya no hubo más aislamiento.

La Propuesta

El huerto estaba dando sus frutos. Leopoldo contemplaba sus siembras modestas de pepino, tomate y ají, productos que él mismo consume, de pronto ve un movimiento de militar.

“Ese debe ser el expresidente Zapatero que viene por ahí”, y en efecto era él, pero además no llegó solo pues a caminaba en línea recta junto al alcalde de Libertador Jorge Rodríguez, quien no duró más de cinco minutos en el sitio y se despidió con un “Nos vemos luego” y la respuesta de López fue “Como no, yo siempre vivo aquí”.

Zapatero llegó con un “Hola. ¡Que bien te ves!”, y prosiguió con una descripción de experiencia mediando. El lobby estaba en desarrollo.

Siguió un titubeo y de repente: “Tenemos que avanzar, resolver, te propongo que resolvamos la Sala Constitucional del TSJ con siete, siete y uno (magistrados)”. Y así fue como Zapatero pasó de mediador a negociador.

La respuesta de López fue otra propuesta: “Lo mismo debería hacerse con el BCV. Si quieren resolver la crisis nombren un directorio dos, dos y uno”, replicó.

“Yo necesito que confíes plenamente en mí, soy un negociador muy bueno y tengo mi método. Vamos a conseguir tu libertad”, respondió.

El tic toc del reloj y no había pacto. El ibérico sacó otras cartas. “Este año no se pude hacer el revocatorio y el que viene tampoco. En enero de 2017 son las elecciones a gobernadores. El revocatorio podríamos hacerlo en 2018. ¿No te parece?”, dice Zapatero.

De un toma y dame Leopoldo le pide la intervención del expresidente costarricense, Oscar Arias y de la OEA. “Óscar Arias es una gran persona pero es una batalla innecesaria. Ya yo tengo el beneplácito del Papa, del G7 y de John Kerry (secretario de Estado de EEUU)… “La OEA no tiene sentido, Kerry habló con Argentina y con Colombia para que la Carta Democrática no avance”.

Relajada y cómoda el mueble ocre oscuro, saborea un entremés, encoge un poco los hombros y asegura que están presionando a su esposo para que tome una decisión antes del 20 de junio. Hasta hoy es el plazo.

Intriga

Desde sus poltronas los abogados Juan Carlos Gutiérrez y Gustavo Velásquez, muestran intrigados. La apelación de la sentencia de López fue solicitada hace siete meses y fue desempolvada el 5 de mayo.
El expediente quedó engavetado tras el ascenso de Susana Barreiros, la jueza que lo condenó y que ahora es Defensora Pública.

Casi todas las pruebas que presentaron fueron aceptados, inclusive la declaración del exjuez Franklin Nieves, notas de prensa y hasta la presencia de treinta medios de comunicación.

Además, la Fiscalía pudo trancar esta apelación con la solicitandole al TSJ y a los Tribunales de Apelaciones ratificaran los 14 años de cárcel que tiene Leopoldo sobre sus hombres, sin embargo, no lo hizo.

Las propuestas de Zapatero y la rapidez y beneficios judiciales generan suspicacia en la defensa de López. De igual forma la premura para que el dirigente pacte con Zapatero antes de mañana tampoco le resulta fiable a la familia. “El mismo día de la apelación es la Asamblea General de la ONU. Pararse allí a decir que en Venezuela no se violan derechos humanos y prueba de ello es que Leo tiene un beneficio sería ideal para el Gobierno”, asegura Tintori.

Pero Leopoldo está claro en su postura. Ya le adelantó a su familia que él no aceptará beneficios a cambio de pactos políticos.

2016-06-19