La rutina facial es un conjunto de cuidados diarios destinados a mantener la piel del rostro limpia, hidratada y protegida. Generalmente incluye pasos básicos como la limpieza, la tonificación, la hidratación y la aplicación de protector solar, aunque puede complementarse con tratamientos específicos según las necesidades de cada persona, como sérums o exfoliantes.
La piel del rostro está constantemente expuesta a factores externos como la contaminación, el sol y el estrés, que pueden provocar envejecimiento prematuro, manchas o imperfecciones, y e aquí la importancia de una buena rutina facial.
Mantener una rutina adecuada ayuda a preservar la salud cutánea, favorece la regeneración celular y mejora la apariencia general del rostro, haciéndolo más luminoso y uniforme.
Dedicar unos minutos al cuidado personal contribuye al bienestar emocional, ya que se convierte en un espacio de autocuidado. Una rutina facial constante es clave para prevenir problemas y lograr una piel sana a largo plazo.
Tipos de rutina facial según el tipo de piel
Cuidar la piel del rostro es fundamental para mantenerla sana, luminosa y protegida. La cosmiatra tiktoker Sabrina, asegura que la rutina facial adecuada puede variar según el tipo de piel, ya que cada una tiene necesidades específicas.
Ella indica que para piel seca, lo ideal es optar por limpiadores suaves, libres de sulfatos, que no eliminen los aceites naturales. Después, se recomienda aplicar una crema hidratante rica en ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o ceramidas, que aporten nutrición y retengan la humedad. Los aceites faciales también son una buena opción para sellar la hidratación.
La piel grasa necesita controlar el exceso de sebo sin perder hidratación. Se aconseja usar geles limpiadores purificantes, tónicos astringentes suaves y cremas ligeras en formato gel u “oil free”. Ingredientes como el ácido salicílico o la niacinamida ayudan a reducir brillos y prevenir imperfecciones.
En el caso de la piel mixta, Sandra dice que la clave está en equilibrar. Se puede optar por un limpiador suave, seguido de productos ligeros que hidraten sin obstruir los poros. A veces conviene tratar la zona T con productos específicos para grasa y el resto del rostro con fórmulas más nutritivas.
La piel sensible requiere productos calmantes y sin fragancia, por lo que recomienda usar limpiadores hipoalergénicos, cremas con ingredientes como aloe vera, avena o centella asiática, y evitar exfoliaciones agresivas.
En todos los tipos de piel, no debe faltar el protector solar diario, que protege contra el envejecimiento prematuro y el daño solar. Con una rutina adaptada, el rostro se mantiene saludable y equilibrado.
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