En las últimas entregas de esta columna hemos hablado sobre los problemas creados en los condominios, de los condominios con mal manejo, condominios con personas con mala intención, miembros de JDC arbitrarias y abusadoras.
Para nadie es un secreto que, lamentablemente, la gran mayoría de condominios, tienen estos tipos de problemas.
Pero también es una realidad que existen muy buenos condominios. Condominios que tienen una muy buena JDC, y que de alguna manera, han podido resolver los problemas que enfrentan.
Debemos partir del punto que todos los inmuebles regidos bajo LPH tienen problemas, todos, absolutamente todos, tienen problemas. Y esto, indiferentemente del poder adquisitivo de ese inmueble.
La diferencia es en el manejo y cómo se enfrentan esos problemas. Es muy fácil siempre adjudicar la responsabilidad a una determinada persona, a uno o más morosos.
No es correcto, siempre achacar y responsabilizar a ese moroso, a esa supuesta persona incómoda.
Debemos recordar que la JDC tiene obligaciones, obligaciones que se trasladan a la comunidad de copropietarios.
La morosidad hay que atacarla caso por caso, y ver las razones de esa morosidad. En muchos casos, es porque la JDC no ha cumplido con una obligación que hay para con ese moroso.
Situación recurrente
Un ejemplo típico de esto es, la impermeabilización de la azotea.
La falta de este trabajo y su consecuente mantenimiento anual, puede causar daños directos a la propiedad inmediatamente debajo de la azotea.
Ese daño que ahora se extendió a la propiedad privada de esa persona, es responsabilidad de la falta de acción de la JDC, que a su vez, se traslada a la comunidad de copropietarios.
Estos son problemas, que fácilmente se pueden evitar, y existen casos donde ha habido una comunicación adecuada y continuada para precisamente prevenir males mayores.
En los condominios en los cuales existen personas y JDC que entienden las necesidades de todos, y que están abiertos a conversar, son los condominios donde se ve menos enfrentamientos y menos morosidad.
Es cierto, hay personas, copropietarios que no aportan, que critican todo; pero eso se controla mientras la JDC cumpla con sus obligaciones.
Siempre se habla de las obligaciones de los copropietarios, pero la JDC tiene obligaciones también.
A esto le sumamos, obviamente, un punto que ya es más subjetivo, que es el trato personal entre los copropietarios.
Guerra del chateo
Copropietarios mal intencionados que son groseros y agresivos en los chats de comunicación del edificio.
Normalmente, estas personas, no tienen el conocimiento completo de la situación, y obviamente casi nulo desde un punto de vista jurídico.
Todo copropietario tiene derecho a expresar su opinión, y las JDC que los escuchan y apoyan para resolver los problemas en conjunto, son las JDC que ayudan a mantener un condominio en buen estado y de manera armónica.
En la mayoría de los casos, las JDC hacen caso omiso a los reclamos de algunos copropietarios, reclamos válidos y legítimo vale destacar; y no sólo afectan a ese copropietario, sino que encima lo atacan públicamente.
Las JDC y las administradoras están en la obligación de escuchar a todos los copropietarios, morosos o no; y de solucionar los problemas de todos, no de un grupito; o sólo poner agua y ver el ascensor.
Deseamos aclarar, que jamás hemos estado de acuerdo con la morosidad. La morosidad debe atacarse, pero, caso por caso. Hay que ver por qué determinada persona es morosa.
Hay que recordar que la ley permite a cualquier copropietario arreglar un daño y exigir de la comunidad que le reintegren el gasto. En nuestra opinión, es mejor evitar eso, mejor hacerlo en conjunto; pero si la JDC se niega, el copropietario puede actuar unilateralmente.
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(Daniel Natale es abogado especializado en condominios e inmuebles)
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