Jorge Aray* / IG: @maestranza.ja
Cuando estaba por finalizar la Segunda Guerra Mundial, los Aliados (Inglaterra, Estados Unidos, Francia y China) se repartieron Europa para comenzar la reestructuración, luego del proceso bélico que reinó desde 1939 hasta 1945.
La división territorial fijó espacios de influencia para los vencedores del conflicto, así que Europa del Este queda en manos de la influencia izquierdista de la Unión Soviética, mientras que Europa Occidental vivirá el apoyo de las ideologías de la derecha (capitalismo y liberalismo) de Estados Unidos, Inglaterra y Francia.
De esta división surge la base de la “Guerra Fría”, que fue esa larga época de tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética por el dominio ideológico del mundo.
El lugar que fijaba el límite entre ambos mundos era Berlín, así que los berlineses vieron cómo su ciudad se desarrollaba de una manera diametralmente diferente con el pasar de los años.
En los inicios de la postguerra, no había un límite físico, es decir, los ciudadanos podían transitar libremente de un lado a otro sin inconvenientes ni controles. Pero con el avance de las tensiones entre los dos mundos, la Unión Soviética comenzó a establecer procesos de control sobre el tránsito entre ambas partes.
La URSS se percató que la fuga de ciudadanos tenía un alto índice de personas capacitadas y formadas en los mejores centros de formación académica, lo que significaba una pérdida de inversión y de talento realmente importante.
Así que, deciden comenzar el establecimiento de un alambrado de púas para evitar la facilidad de la migración.
El lugar que fijaba el límite entre ambos mundos era Berlín, así que los berlineses vieron cómo su ciudad se desarrollaba de una manera diametralmente diferente con el pasar de los años
Además, aumentaron la presencia militar con el fin de controlar o intimidar a quienes intentaran la fuga hacia el lado occidental.
A pesar de estos controles, continuó la salida de ciudadanos. Uno de los casos más resaltantes fue el del soldado Conrad Schumann, decidió arriesgar su vida saltando el alambrado de púa para obtener su libertad en agosto de 1961.
Esta acción desencadenó una reacción por parte soviética, así que inicia la construcción de un muro más sólido. De esta manera comienza el levantamiento del Muro de Berlín como lo conocimos.
Aunque aumentaron las dificultades, los ciudadanos buscaban la forma de abandonar el lado de la República Democrática de Alemania (de influencia soviética), así que se creó una zona llamada “la zona de la muerte” que consistía en un espacio en el que la orden para los militares era lapidaria: Disparar a matar al desertor.
Los únicos que podían cruzar de un lado a otro eran los miembros de entes gubernamentales y diplomáticos. Gracias a prohibiciones de este tránsito se militarizó la zona con presencia de tanques por ambas partes, aumentando la tensión que pudo generar la tercera guerra mundial. Definitivamente el mundo estaba dividido.
A pesar de estos controles, continuó la salida de ciudadanos. Uno de los casos más resaltantes fue el del soldado Conrad Schumann, decidió arriesgar su vida saltando el alambrado de púa para obtener su libertad en agosto de 1961
Ante el fracaso institucional que vivió la URSS, el secretario general Mijaíl Gorbachov, decidió de manera progresiva disolver al otrora potente estado soviético. Así que, para el año de 1989 comenzó a desmilitarizar algunas zonas protegidas, entre ellas el Muro de Berlín.
Progresivamente la población comenzó a acercarse al muro, sin miedo, con esperanza de reunificarse con la República Federal de Alemania (de influencia capitalista), y poder vivir en unión.
La caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 significó la reunificación del mundo, la tregua de dos bandos enfrentados por el dominio del mundo.
Pero ¿acabó con el odio político?
*Jorge Aray es profesor de Historia.
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