¡Ella me molesta!, ¡el jefe hace que me hierva la sangre!, ¡no soporto a mi suegra!, ¡él tiene la capacidad de sacarme de mis cabales en dos segundos!
Son muchas otras frases que a diario escuchamos o pronunciamos, haciendo alusión a situaciones que creemos están fuera de nuestro control o alcance, sencillamente porque le estamos dando al otro la responsabilidad de lo que yo siento.
Y nos preguntamos ¿es eso realmente así? ¿puede alguien controlar mis emociones? ¿otra persona está en la capacidad y tiene la fuerza de hacerme sentir algo a mí? ¡Pues claro que no!
Se activa la dopamina
Es cierto, estar con alguien puede hacer que en mi cerebro se segreguen sustancias como la dopamina, que me genera placer o el cortisol que me genera estrés.
Sin embargo, eso va más atrás, alguien que haya tenido problemas serios con su padre, es posible que también los tenga ante cualquier figura de autoridad, por ello, cada vez que el jefe da una orden, no es su jefe, es su padre y todo lo que este representa o representó quien la emite.
Así lo percibe el cerebro y así actúa la persona, si por el contrario, ese jefe se torna amable y cariñoso y mi figura de autoridad también lo era, mi relación con él será más armoniosa. Es lo natural, tendemos a acercarnos a lo que nos agrada y alejarnos de lo que nos molesta.
Entender las emociones
Es por ello que cuando entendemos que mis emociones son el resultado del cómo yo percibo al mundo, empezaré a comprender que el mundo no es como es, es como yo creo que es, y eso ya será el comienzo de un despertar emocional, de la madurez emocional, sabré que el otro piensa, siente y cree distinto a mí y que eso es absolutamente válido en la relación que sea.
Solo que al ser empático, establecer límites, deslastrarme de creencias que me limitan ( incluyendo las religiosas) podre tener un panorama más cercano a lo que se conoce como realidad, una realidad que por cierto, pueda ser compartida por muchos y aceptada como verdad.
Escucha los boleros, las canciones, ve las novelas, o echa un vistazo a como aprendiste a relacionarte emocionalmente contigo y con los demás, si aprendiste que el amor es sacrificio, entrega total, hasta quedar en deuda contigo, si creciste viendo a unos padres en constante lucha y reprochándose uno a otro el motivo de su infelicidad.
¿Quién le da sentido a tu vida?
Si crees que es el otro el que te hará feliz, el que le da sentido a tu vida, es momento de hacer una pausa y pensar ¿ es cierto que depende de otra persona lo que yo sienta?
Al darte cuenta que eres tú y no otro el responsable de tu estabilidad emocional, que eres tú y no otro, el que permite a tu cerebro el creer eso que cree, te pongo un ejemplo: cuando vez una película de terror ¿sientes miedo verdad?
Es como si eso que está a punto de pasar te fuese a pasar a ti, cuando ves una peli de drama lloras, sientes el dolor o la tristeza de esa situación, ahora te pregunto ¿es eso real? ¿eso está pasando?
Realidad versus ficción
Tu cerebro no distingue la realidad de la ficción, reacciona según su sistema de valores y creencias y por ello, lloras o te asustas de acuerdo a eso que crees genere esa emoción en ti.
Entonces, ¿a quién le estas dando la fuerza de controlar a tus emociones?, ¿quién te domina? ¿A esa persona que ya sabe tiene el poder de sacarte de tus cabales, hacerte sentir menos, y hasta hacerte llorar?, o entiendes que lo que sientes y de lo que eso que sientes hace contigo es de TU ENTERA Y COMPLETA RESPONSABILIDAD.
Pues bien, ahora te toca a ti decidir, ¿es fácil? No, son años creyendo eso, pero, ¡que bueno que nunca es tarde para empezar a querernos un poco más a nosotros mismos!
@gatotell / Coach profesional, Master PNL
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