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La crónica menor: Centenario del Colegio San Ignacio

Domingo, 15 de enero de 2023 a las 10:06 am
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El tema de la escuela católica no se puede desligar de la tarea evangelizadora de la Iglesia en Venezuela.

La Iglesia no solo creyó cumplir una tarea social, sino vio que en el cumplimiento de esa tarea tenía ocasión de acatar el mandato evangélico de “ir y enseñar a todas las naciones”.

El Concilio Plenario de Venezuela afirma que “la misión de llevar la buena noticia de Jesucristo a todos los pueblos le exige a la Iglesia dedicar una atención especial al tema de la educación.

La misión educadora

La educación es un ministerio de servicio al hombre y al mundo. Proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos.

Recoge la memoria del pasado, enseña a vivir hoy y se proyecta hacia el futuro” (CPV, la Iglesia y la educación, 1).

Desde el inicio de su acción en Venezuela, la Iglesia ha hecho suya la labor educativa a través de su obra evangelizadora, creando escuelas, colegios, universidades, seminarios, y, centros de capacitación para el trabajo.

Durante el período colonial, los pocos centros educativos fueron promovidos y estuvieron bajo la sombra protectora de la Iglesia.

Pero, llegó a poca gente, quedando la inmensa mayoría de la población sin tener acceso a la educación formal.

La semilla seminarista

Los seminarios de Caracas y Mérida, en los que se formaron tanto los que accedían a las órdenes sagradas como los que obtenían títulos para ejercer diversas funciones sociales, fueron las casas matrices de las universidades de Caracas y Mérida.

Desde el inicio de la República el Estado se atribuye la responsabilidad de brindar el servicio educativo, y desde 1830, se hace franca la tendencia de secularización de la instrucció y del peso creciente del Estado en ella.

El decreto guzmancista de 1870 que consagró la universalidad y gratuidad de la educación primaria indica la importancia que se dio a esta actividad. Sin embargo, su puesta en práctica fue más lenta.

Entre las iniciativas privadas cabe destacar, por ejemplo, el Colegio Villegas de Caracas, donde estudió José Gregorio Hernández cuando vino a Caracas.

La experiencia en la provincia

En el interior, merecen especial mención las iniciativas del Padre Jesús Manuel Jáuregui Moreno en La Grita con el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, de donde sobresalieron prohombres de la vida pública y eclesiástica.

También el Padre Aleixandre en Valencia fue pionero en la formación de la juventud. Pero las grandes masas no tuvieron acceso al tesoro de una educación sistemática.

La llegada de las órdenes y congregaciones religiosas, desde finales del siglo XIX y comienzos del XX, unieron a su afán evangelizador la atención al campo sanitario y al renglón educativo, bastante descuidados por los gobiernos de turno.

El encargo de los jesuitas

Los padres de la Compañía de Jesús, vinieron con el primer encargo de dirigir el Seminario de Caracas para la formación del clero diocesano.

Corría el año de 1916, pero muy pronto, vieron la urgencia de abrirse campo en la creación de colegios, muy del carisma jesuitico que habían desarrollado desde la fundación de la Orden por San Ignacio de Loyola.

Después de no pocas peripecias, obtuvieron del consejo de ministros del General Juan Vicente Gómez, la autorización para abrir un colegio en el centro de la pequeña urbe que era entonces Caracas, con el nombre de Colegio San Ignacio.

El primer siglo

De esa aventura se está cumpliendo en este mes de enero de 2023, su primer centenario de existencia.

Como pioneros que han sido los hijos de Iñigo de Loyola, abrieron surco fecundo para la formación de la juventud caraqueña.

Poco a poco, en los años siguientes otras órdenes y congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, abrieron colegios en las principalesa ciudades del país.

Su aporte está a la vista por la alta valoración que tiene nuestra sociedad por la calidad de la formación integral de dichos centros.

Nos unimos complacidos a la efemérides que celebran los exalumnos y alumnos del Colegio San Ignacio de Caracas, que el 8 de enero, en solemne celebración, eucarística y festiva, comenzaron una amplia programación que se extenderá a lo largo del año que comienza.

Más allá del claustro

No se quedan encerrados en el recinto escolar, pues la dimensión de Iglesia en salida, ha dado pie a diversas obras de carácter social y formativo para la sociedad venezolana con predilección por las clases populares tanto de la capital como del interior del país.

Como hijos agradecidos, sentimos que es ocasión propicia para reflexionar que el futuro del país pasa por la consolidación de la educación de calidad para todos los venezolanos, sin lo cual, la libertad, la igualdad, la solidaridad no encuentra piso que lo sustente.

En todo amar y servir, máxima ignaciana que estamos llamados a multiplicarlo con creces.

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