Desde hace un tiempo para acá, noto que, en las comunicaciones políticas de los dirigentes políticos, se ha incrementado el uso de groserías como mecanismo para obtener impresiones, retweets, likes o aplausos.
Desconozco el uso del sistema para medir aciertos o desaciertos de esta estrategia o política, pero lo cierto es que va totalmente contradictorio de lo que dicen a lo que hacen.
“Queremos un país con valores y principios”, pero usamos adjetivos calificativos, epítetos o cualquier otra palabra que en cualquier hogar decente mandarían a lavar con jabón la boca por solo decirla en privado.
Creo que la clase política de mayor edad debe rescatar la coherencia y la lógica para darle ejemplos con hechos a la generación de relevo. ¿Cómo criticar a un dirigente juvenil de ser explosivo, inmaduro o hasta grosero si desde la dirigencia “madura” hacen lo mismo solo que en diferente escala?.
Es vergonzoso ver a dirigentes nacionales letrados, expertos en leyes, en medicina, ingeniería, políticas públicas, comunicaciones o hasta en estudios liberales, emplear esta moda que trae como consecuencia la pérdida de los mismos valores que ellos dicen, se deben recuperar.
Definitivamente, los jóvenes políticos y la generación política de relevo merece mejor ejemplo y mejores mentores de los que hay ahorita y se creen puros.
Visite nuestra sección de Opinión
Para mantenerte informado sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online