La instalación de la nueva Asamblea Nacional no dio un mensaje claro al país al colocar en el 100 por ciento de su directiva a diputados del chavismo, tampoco de humanismo.
Sin embargo, la apertura del compás para la designación de las comisiones permanentes dejó ver qué hay ganas de dialogar.
Hora del humanismo
Creo firmemente que los radicales, si siguen en ese camino, su destino será el baúl de la historia: el olvido.
Ahora bien, si todos remamos en un mismo norte que es luchar por condiciones de cara a la venideras elecciones, regionales o municipales. Hay posibilidades reales de conquistar espacios.
Pronto llegará el momento en el cual no se hablará de dos Asambleas Nacionales (la de Guaidó y la del 6-D), sino de una sola porque la anterior (periodo 2015-2020) ya feneció.
Y entonces, ahí entenderán que la única agenda viable es el humanismo, avocarse a la atención de los ciudadanos venezolanos.
El revanchismo tiene que cesar, porque si seguimos con la teoría de “ojo por ojo”, alguno va a quedar ciego.
Las sanciones a medios de comunicación se traducen en venganza, más allá de ser unas sanciones de tipo tributario, responden a una retaliación política.
Por eso creo que para avanzar hay que perdonar, hay que pasar la página de muchas cosas y sobre todo, hay que pensar en el venezolano.
Finalmente, un ciudadano que con 4 dólares mensuales está tratando de mantenerse de pie. En eso debemos pensar.
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