Este será el artículo con el que damos inicio a las vacaciones decembrinas, nos volveremos a leer, si Dios quiere, en el 2023.
Querido Niño Jesús, no puedo pedirte regalos, porque ya soy muy viejo. Quiero agradecerte por los regalos que durante mi niñez y ahora de adulto he recibido gracias a tu infinita paciencia y amor.
Has sido demasiado generoso, nos has colmado de bendiciones y a pesar de ello, muchas veces, nos sentimos abatidos y hasta molestos con las situaciones que nos toca vivir, que nos toca superar.
En la mayoría de las casas has puesto dos papás, mamás, abuelos, abuelas, tíos, tías, esperándonos con la comida hecha; dispuestos a dejar de comer para que nosotros estemos mejor. Preocupados porque aprendamos a leer, escribir y logremos ser venezolanos honestos y de bien.
En las casas donde la distancia se ha convertido en un invitado incómodo y permanente; trae más y mejores formas para acercar corazones; ayuda a que los que siguen haciendo vida en Venezuela se hagan más cercanos y fuertes que la crisis no cree distancias entre familiares que comparten el mismo techo.
Los más pequeños siguen siendo los más vulnerables, para ellos el mejor regalo es la salud y el amor. Si la salud está comprometida que José Gregorio Hernández inspire a nuestros médicos venezolanos para superar las carencias promoviendo la cura y recuperación.
Superar la faceta consumista de esta temporada no es sencillo, concentrar el esfuerzo en tiempo de calidad entre seres queridos por encima de la inversión o adquisición de determinado juguete, pantalón, reloj o botella de licor, no es tarea fácil. Son muchos años de reduccionismo, donde Navidad se limita a cuánto gastar.
La mayoría del país con ingresos reducidos, pueden ver en la carencia una oportunidad para hacer de la Navidad la ocasión para reconectar con lo verdaderamente importante, nuestra relación con Dios, no sólo desde la espera del Niño Jesús. Desde la presencia permanente de Dios en nuestros seres queridos.
Ojalá puedas ayudar a que los momentos de calidad en nuestras familias sean más frecuentes y profundos. Que hacer las hallacas sea la gran excusa para reunirse y compartir. Porque al final, lo que cuenta no son los juguetes que tuvimos sino las emociones que vivimos queriendo a nuestra familia.
No puedo terminar esta carta sin agradecerte la oportunidad de compartir con tantas y tantas personas que hacen posible ayudar a los niños, niñas, maestros y maestras de este país. Son personalidades que pasan desapercibidos, porque dedican su trabajo a construir la Venezuela de trabajo y esperanza en lugar de recibir los aplausos y bendiciones que efectivamente se merecen.
Que el Niño Jesús lleve a los hogares de tantos aliados de la Escuela de Educación de la UCAB paz y alegría; que el 2023 siga siendo testigo del compromiso y dedicación de personajes e instituciones como:
- Alicia Pimentel y Laura Díaz en Fundación Empresas Polar
- Any Guinand en Cerpe
- Chuo Torrealba con la Fuerza es la Unión
- Dr. Carlos Hernández Delfino y Elide Silva en Fundación Bancaribe para la Ciencia y la Cultura
- EY Venezuela en todo su gran equipo.
- Eduardo Cantera en el Centro de Innovación Educativa
- Fernando León en ComeniusU.org
- Janet Guerra y Danny Socorro en la Escuela de Psicología
- Jesús Aristorena y Noelbis Aguilar en Fe y Alegría
- Lizette Martínes y su equipo de la Escuela de Letras
- Mónica Castro y todo su equipo en INVEDIN
- Sandra Botero en la Embajada de EEUU
Gracias por llegar al final de este artículo.
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