Guillermo Tell Trocóniz / IG: @gatotell
En días pasados, estaba en una ferretería y una pareja de mediana edad conversaba con el chico de despacho, en una de esas la mujer lo mira con rabia y le grita ¡yaaaa! Él insistía una y otra vez en algo, ¡que fastidioso eres! Le dice la mujer y el hombre responde sonriendo y mirando al chico que les atendía ¡Sí yo sé que soy un fastidioso!
Por ello te hago la pregunta ¿qué tanto te escuchas? Las palabras que usas para hablar de ti, generan dos cosas, primero tu autodefinición, eso no es más que lo que tú piensas, sientes y por sobre todo CREES que eres, desde allí te relacionas contigo, con lo que tu entorno te dice debes hacer, es decir: si soy maestro debo de comportarme de tal o cual manera, si soy hombre no puedo llorar, si soy mujer, no puedo acostarme en la primera cita y un largo etc. Eso es lo que el mundo es según lo que me han dicho que es y lo que yo desde mi YO defino que es, en ese sentido, según mi autodefinición me comunico y desde esas palabras (que es lo que el otro en definitiva oye e interpreta) me perciben y ese es el segundo aspecto.
El señor de la ferretería se autodefine como fastidioso y lo dice, porque se siente, se piensa y se cree fastidioso, por ello su esposa también se lo dice y ¿cómo creen que lo estará percibiendo el chico que le atiende? ¡Claro, como un fastidioso! Y como soy fastidioso molesto, perturbo y eso hace que mi relación conmigo y con los demás SEA UN FASTIDIO ¿quién quiere estar con un fastidioso? Nadie, ni siquiera él mismo! Al darte cuenta de lo que dices de ti, te percataras también de como los demás pueden verte o sentirte ¿qué pasa que no encuentro pareja? ¿por qué se me hace difícil dar con ese trabajo que quiero?
Cuando hablas contigo mismo ¿cómo lo haces? Usualmente somos más amables, considerados, con los amigos, les felicitamos, les hacemos ver sus logros y éxitos, ¿eso lo haces contigo? ¿Cuándo fue la última vez que te dijiste me amo, estoy orgulloso de mi? Es que no hemos aprendido a reconocernos nuestros propios logros y méritos, sí a verlos en los demás, más en nosotros no lo hacemos porque nos dicen que eso es orgullo o ego, pues te digo que sí, en efecto es orgullo y del bueno, del sano, del que siento hacia mí por haber hecho o logrado algo, distinto es ser orgulloso y desde allí no perdonar, no hablar, no ser empático y el ego en dosis conscientes en bueno para el amor propio, ya que todo el que se ama bien ha de tener algo de ese ego que se reconoce así mismo.
Cuando hablas contigo mismo ¿cómo lo haces? Usualmente somos más amables, considerados, con los amigos, les felicitamos, les hacemos ver sus logros y éxitos, ¿eso lo haces contigo? ¿Cuándo fue la última vez que te dijiste me amo, estoy orgulloso de mi?
Si al buscar pareja en esa primera cita cuentas lo estresada que eres, lo maniático, comentas los motivos por los cuales te dejaron, en esa cita de trabajo, hablas de lo impuntual o los problemas en tu casa para cumplir horarios ¿Qué están escuchando tus prospectos de pareja o de jefe? ¿cómo te van a percibir?
Por todo esto te invito a hacer un alto, a estar atento a lo que tus pensamientos dicen de ti y tus palabras expresan sobre ti, ya que eso es lo que crees de ti, la buena noticia es que con el acompañamiento terapéutico eso puede cambiar en poco tiempo, lo que primero debes hacer es una lista con todas aquellas cosas que piensas que eres de manera positiva, busca en lo más profundo y porque sea algo sencillo no dejes de colocarlo en tu lista, por ser sencillo y ya un hábito instaurado lo pasamos por alto y te aseguro que detrás hay un gran logro.
Está en el aquí y en el ahora, en tu presente y confronta tus pensamientos con acciones que denoten lo contrario, eso es súper efectivo y revelador, ¡no creas todo lo que te dicen, ni siquiera lo que tú mismo dices de ti! Un abrazo y que bueno estar de vuelta por estos lados.