@Iroq21 / Pedagogo
El calendario escolar avanza en su tercer período o lapso. Oficialmente quedarían 8 semanas de clases, hasta el 15 de Julio.
Ha sido un año muy irregular, en el cual se han perdido 32 días por efectos de la pandemia y las elecciones de noviembre 21. Además de una semipresencialidad con más bajos que altos.
Las consecuencias que ello trae sobre el rendimiento escolar son negativas. Y nos vienen a la mente muchas preguntas en ese sentido. Por ejemplo: ¿hasta dónde se ha podido llegar este año, en el logro de los aprendizajes establecidos en el currículo escolar?
Más preguntas…
Otras interrogantes más específicas pueden ser: ¿Qué evidencias tenemos del aprender a leer y escribir, en estudiantes del primer grado de primaria?
¿Que sabemos del dominio de las operaciones fundamentales en matemáticas? ¿Conocemos hasta dónde han avanzado la adquisición de competencias en ciencias sociales o las naturales en secundaria?
Poco o nada se conoce, para dar respuesta a estas preguntas. Lamentablemente en nuestro país no se evalúa el rendimiento del sistema educativo.
¿Volamos a ciegas?
Poca o ninguna información se tiene sobre el rendimiento escolar, porque se dejó de evaluar el logro de aprendizajes en educación básica, desde mucho tiempo atrás.
La última medición nacional ocurrida en el año 1998 correspondió al Sistema Nacional de Evaluación de los Aprendizajes (SINEA). En ese caso se aplicaron instrumentos en las áreas de lengua y matemáticas en tercero y noveno grado. Pero de los resultados se supo poco o nada.
Una evaluación de interés fue la aplicación de la Prueba EGRA (Evaluación Inicial de la Lectura), durante el Diagnóstico Educativo (UCAB y otros, 2021), en plena pandemia. La misma fue realizada a estudiantes del 3er grado en 394 escuelas del país. Ese estudio obtuvo que el 68% de más de 1000 estudiantes en 24 entidades del país, tienen un rezago importante en lectura (leer un texto con exactitud, palabras leídas por minuto y otros). Se encontró que más del 40% solo lee 64 palabras por minuto o menos, cuando deberían leer entre 85 y 90
Los escasísimos esfuerzos, por saber los niveles de aprendizaje alcanzados por nuestros muchachos, más que demostrar la importancia de ello para sectores educativos independientes de nuestro país, evidencian el poco, o ningún interés, que tiene para los responsables de las políticas educativas.
Por esa razón seguimos teniendo un conocimiento muy rudimentario o incompleto de los aprendizajes adquirido por los niños y jóvenes en educación básica. Es como hacer un vuelo sin saber las condiciones meteorológicas.
Una amenaza: se pierde aprendizaje
La gravedad de la situación actual es porque hay evidencias, de estudiantes con pérdida de aprendizajes (no adquirir las competencias que les corresponden para su edad), y/o aprendizajes inconclusos (aprendizajes no completados). Esto ha sido señalado ampliamente, por distintos organismos internacionales, debido a la cantidad de meses sin clases presenciales en Latinoamérica.
En consecuencia, se espera una pérdida de aprendizajes, donde “..uno de cada tres estudiantes de primaria no podrán leer o comprender un texto al nivel que requieren para su edad” según el Banco Mundial. Se estima un retraso de hasta 1.7 años de estudio por la pérdida de 13 meses de clases (en nuestro país fue al menos de 18 meses).
Hay que conocer el estatus de lo que aprenden niños y jóvenes. Debemos evaluar, para diseñar las mejoras, y suministrar apoyo significativo a nuestros estudiantes. Dar palos de ciego en educación conduce al fracaso.
Lea también los más recientes análisis del profesor Oscar Iván Rose
Sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online