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Exhumación desvelará 40 años después si Neruda murió de cáncer o asesinado

Miércoles, 03 de abril de 2013 a las 07:30 pm
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Un equipo multidisciplinar de forenses chilenos y extranjeros desvelará, 40 años después de su deceso, si el poeta Pablo Neruda murió de cáncer o fue asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet el 23 de septiembre de 1973, días después del golpe militar.

Los restos de Neruda (1904-1973) serán exhumados el próximo lunes de la tumba en que yacen desde 1992 junto a los de Matilde Urrutia, su tercera esposa, situada frente al mar en Isla Negra, en el litoral central de Chile.

La exhumación fue ordenada por el juez Mario Carroza, que lleva una investigación judicial para esclarecer la causa de la muerte del poeta.

La diligencia, que incluye trabajos preliminares este fin de semana, se acerca en medio de dudas, sospechas y contradicciones entre quienes, a priori, están convencidos de que un cáncer de próstata acabó con la vida de Neruda o de que recibió una inyección letal de agentes de la dictadura.

Entre estos últimos destaca Manuel Araya, exchófer del poeta, que en 2011 planteó en una entrevista, por primera vez, la tesis del asesinato, lo que llevó al Partido Comunista, al que el premio nobel de literatura perteneció, a presentar en mayo pasado una querella que originó la investigación judicial.

Neruda "era una figura muy peligrosa para Pinochet, por todo el prestigio internacional que tenía", dijo a Efe Araya, quien aseguró que el poeta había aceptado el refugio que le ofreció México tras el golpe y se aprestaba a viajar a ese país para involucrarse activamente en la lucha política contra el régimen.

Según el abogado querellante, Eduardo Contreras, si se establece científicamente que Neruda fue envenenado será "un golpe a la memoria internacional", construida sobre la base de la muerte por cáncer.

"Son muchas las contradicciones que hay en el proceso acerca de lo que sucedió en la clínica con Neruda que, a lo menos, nos hacen tener una legítima duda respecto de que haya muerto de cáncer", dijo hoy a Efe el letrado.

Incluso, añadió, "ahora hay dudas respecto de la real identidad del médico que habría inyectado un fármaco (dipirona) al poeta, supuestamente para aliviarle el dolor aquel domingo".

Inicialmente, explicó, "se suponía que fue un médico llamado Sergio Draper, pero hay testigos en el proceso que dicen que no fue Draper quien lo inyectó".

"Resulta extraño que Draper entrara a trabajar en la clínica sólo tres días antes de la muerte de Neruda; un médico ligado por muchos años al Hospital Militar y, además, mencionado en la muerte (en 1982) del expresidente Eduardo Frei Montalva, en esa misma clínica producto de un envenenamiento, como está acreditado en la Justicia", precisó.

En una entrevista publicada en 1975, Draper dijo que estuvo hasta el último momento junto a Neruda y que éste "maldecía su enfermedad", pero en su declaración judicial expresó que estuvo con el poeta sólo hasta "temprano" el 23 de septiembre y que quien se quedó con Neruda fue un "doctor Price".

"Realizadas todas las indagaciones policiales para el proceso, no existe un doctor Price en ninguno de los registros consultados", sostuvo Contreras.

"Hay que agregar que la ficha médica de Neruda desapareció y que la Clínica Santa María no entregó la lista de todos los trabajadores de 1973″, afirmó y recordó que el 24 de septiembre de 1973, "el diario El Mercurio publicó que Neruda murió de un infarto al corazón producto de una inyección que le fue suministrada".

"Yo estuve con él (Neruda) y sé que alrededor de las cuatro de la tarde le pusieron una inyección en el estómago, me dijeron era dipirona para el dolor", aseguró Araya.

Entre quienes defienden que Neruda murió de cáncer destaca la Fundación que lleva su nombre y que administra sus bienes, incluida la casa de Isla Negra y las que poseía en Santiago y Valparaíso, todas convertidas en museos.

También lo cree Aída Figueroa, que fue subsecretaria del Trabajo de Salvador Allende y amiga cercana del poeta desde los años cuarenta, quien recordó a la revista "Sábado" que el 21 de noviembre de 1972, cuando Neruda regresó a Chile tras dejar su cargo de embajador en Francia, le comentó a su marido, Sergio Insunza: "Pablo viene a morirse a Chile".

Hacía entonces tres años que Neruda estaba enfermo de la próstata, según Francisco Velasco, un médico y amigo suyo a quien el poeta le contó que se sentía mal el día de su 65 cumpleaños, el 12 de julio de 1969.

En su libro "Neruda, el gran amigo" (1987), Velasco dice que examinó al poeta y palpó "un nodulillo" que no le "gustaba nada", por lo que lo citó a nuevos controles en un mes, pero como Neruda después se sintió bien, "no volvió más".

Neruda, que fue ingresado en la clínica el 19 de septiembre, pasó todo el día 23 en coma y expiró a las 22.00 hora. Aída Figueroa cree que "llegó desahuciado" al nosocomio.

Determinar la causa de la muerte será "una labor difícil", según dijo a periodistas Patricio Bustos, director del Servicio Médico Legal.

"Las muestras se van perdiendo con los años, pero estamos acostumbrados a trabajar en la adversidad", precisó Bustos, quien destacó la permanente disposición del organismo "para buscar la verdad". /EFE