En Venezuela, al finalizar las Navidades comienza otra celebración conocida como la Paradura del Niño en los estados andinos, concretamente en los estados Mérida, Táchira y Trujillo.
Este festejo que realizan los católicos consiste en rezar un rosario y cantar veros al Niño Jesús para resaltar el hecho de que ya puede pararse, de allí el nombre de la festividad.
La Paradura del Niño se celebra desde el 1 de enero y se extiende hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, sin embargo, en Tovar (Mérida), comienza desde el 24 de diciembre.
La música es fundamental para la ceremonia. La mayoría de los cantos son a dos voces y se acompañan por instrumentos de cuerda como cuatro, violín o guitarra.
“Salimos de aquí con mucha alegría, paseando al Niñito de José y María” es uno de los estribillos que se suelen cantar.
Variaciones en Mérida de la Paradura del Niño
En el pueblo del municipio Tovar se desarrolló una variante de la tradición conocida como la Paradura, Robo y Búsqueda del Niño. El Niño Jesús es “robado” de su hogar y trasladado a otra casa, por lo que otras personas se reúnen para buscarlo.
Una vez que lo encuentran, lo regresan al pesebre original y se procede con la ceremonia; los padrinos designados colocan la estatuilla de pie y las personas presentes besan al niño, hacen ofrendas y cantan.
Luego, se hace un brindis de miche o carato (bebidas típicas andinas) y se ofrece bizcochuelo a los participantes.
Por último, se hace otro recorrido en el cual los padrinos llevan la representación del Niño Jesús envuelta en tela, encabezan la caminata, dos personas de la comunidad seleccionadas para representar a José y María; los devotos cantan, rezan el rosario y algunos queman fuegos artificiales.
En la población de Ejido se efectúa la Paradura del Niño Viviente, se le lleva en procesión por las principales calles del pueblo, acompañado de villancicos y música tradicional andina.
El recorrido lo lideran dos personas que representan a María y José y van preguntando casa por casa, el paradero del Niño Jesús, en cada hogar se acostumbra a recibirlo y se les explica que el Niño no está allí.
Finalmente, llegan a una casa (previamente acordada) donde está un bebé que representa al Niño Jesús. Al finalizar la caminata, los participantes se reúnen en la plaza de la comunidad, comparten bizcochuelos, buñuelos y dulces de lechosa.
Para los católicos andinos, la Paradura del Niño más que una fiesta es el momento idóneo para demostrar su fe hacia Dios y la iglesia católica. Además, es el momento para pedir bendiciones para la familia, el hogar y los seres queridos.
Con información de:
Eldiario.com y uepeccristorey
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