La naturaleza y todas sus maravillas han moldeado su vida. Norbert Niederkofler nació en los Dolomitas, en el Alto Adigio, parte norte de los Alpes italianos. Desde pequeño se preguntó que había más allá de esas altas montañas.
Esa curiosidad propia de los niños se fue convirtiendo con el tiempo en parte esencial de su personalidad. Estudiar y entender el ciclo natural de lo que le rodeaba le llevó a viajar por el mundo. Londres, Zúrich, Milán, Múnich, Nueva York fueron algunas de las ciudades que lo hicieron un hombre cosmopolita, pero que también despertaron la pasión por sus raíces, por su tierra.
Fue en la ciudad alemana de Múnich donde trabajó con su mentor, Eckart Witzigmann, de quien aprendió cómo la naturaleza contribuye con la alta cocina. A su regreso al Alto Adigio comenzó en 1994 su camino hacia una cocina más ética, una cocina que se caracterizara por el respeto al medio ambiente.
En el Hotel Rosa Alpina en San Cassiano, Badia, transformó una antigua pizzería en un sofisticado restaurante inspirado en las tradiciones italiana y austríaca. Nació así el St. Hubertus, bajo la filosofía “Cook the mountain”. Es una cocina de profundo respeto por los ciclos de la naturaleza, sus agricultores, productores y donde los desperdicios deben llevarse a una mínima expresión. Esa cocina permitió al St. Hubertus ser galardonado en 2017 con tres estrellas Michelin.
Michelin: “Experiencias humanas inolvidables”
Después de su larga experiencia en el St. Hubertus, Norbert Niederkofler sintió la necesidad de dar un paso, siempre adelante pero diferente. A 2.274 metros sobre el nivel del mar inauguró en 2018 el restaurant AlpiNN, con el fin de que en un lugar mágico a gran altitud, los comensales experimentaran los sabores de la cocina de montaña. Poco tiempo pasó para recibir una importante recompensa: su primera estrella Michelin verde, que la guía otorga a restaurantes que promueven una gastronomía sostenible.
Con ese mismo deseo de vivir experiencias inolvidables, cinco años después (noviembre 2023) fundó en la misma región de Brunico, el Atelier Moessmer Norbert Niederkofler, un proyecto que de acuerdo con la guía Michelin “más que platos son experiencias humanas inolvidables”. Es una cocina que combina los valores humanos y el respeto por la naturaleza, a un ritmo dictado por las estaciones. Y lo hace ahora más cerca de los productores y agricultores, dentro de los muros de un fascinante y encantador lugar del siglo XIX.
Las personas se acercan con su cocina a platos que evocan el sabor de los Alpes italianos, presentados de una manera imposible de encontrar en otro lugar. El Atelier Moessmer se ha convertido desde su inauguración en un espacio donde exclusivos hombres y mujeres del mundo, acostumbrados a la mejor cocina internacional, viven momentos extraordinarios.
Y es que su cocina alpina, basada en ingredientes y aromas locales, la gestión responsable de los recursos para evitar el despilfarro y la experiencia única de los comensales han hecho que la cocina de Norbert Niederkofler se considere “inolvidable”. Fue tal su impacto en la gastronomía mundial que apenas cuatro meses transcurrieron desde que el restaurant abrió sus puertas para que ganara las tres estrellas Michelin que caracterizan a una cocina realmente excepcional y el reconocimiento de la estrella verde.
Bancamiga premia la fidelidad
Es la esencia de esa cocina de montaña la que Bancamiga y Mastercard acercan a un grupo selecto de clientes, en el Restaurant Vizio de Los Palos Grandes.
“Es un honor para Bancamiga premiar la fidelidad de nuestros clientes con la cocina de montaña de Norbert Niederkofler, al que desde hace dos años hemos intentado traer al país, y es ahora cuando finalmente lo hemos conseguido. Es la primera vez en más de una década que un chef de estas características visita Venezuela”, expresó la noche de este martes el Presidente de la Junta Directiva de Bancamiga, José Simón Elarba, después de compartir con el afamado chef, clientes y profesionales de la cocina y del sector bancario.
Para Norbert Niederkofler es un placer visitar Latinoamérica y especialmente Venezuela, una nación caribeña con una rica y variada cocina, al tiempo de compartir con profesionales sobre la importancia de repensar el desarrollo económico-social investigando las relaciones entre producción, producto, territorio y consumo.
“El punto de partida de este cambio debe ser la cocina, concebida como catalizador de procesos culturales para la difusión de un modelo de desarrollo sostenible. En este sentido, el chef debe asumir el papel de educador emocional, capaz de promover un nuevo estilo de vida”, sostuvo el chef, quien desde su llegada al país ha estado en el mercado de Quinta Crespo y en la zona de venta de pescado de La Guaira.
Durante su trayectoria acumula seis estrellas Michelin e importantes reconocimientos como los siguientes: Estrella Verde, cinco gorros Gault-Millau, tres “tenedores” en el Gambero Rosso y The World's 50 Best restaurants #29.
NOTA DE PRENSA
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