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Extorsión, el delito predilecto de mafias carcelarias en pandemia

Lunes, 31 de mayo de 2021 a las 08:04 am
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Las mafias criminales en las cárceles han existido desde hace varios años, pero con la pandemia han incrementado ciertos delitos, que son operados directamente desde los penales, liderando los pranes o ciertos presos los hechos punibles, que han causado desconcierto, pavor, personas que son masacradas, desaparecidas y victimas constantes por estas pandillas carcelarias.  

Uno de los delitos que más han aumentado desde las cárceles son las extorsiones. “Las extorsiones subieron, son las que más han aumentado en Venezuela, sobre todo en tiempos de pandemia, uno lo ve en los casos reportados por fuentes abiertas. Se han consolidado ciertas modalidades de mandar videos a las víctimas extorsionadas, amenazándolas para que paguen la extorsión”, afirmó el abogado penalista y criminólogo Luis Izquiel.

Foto: Referencial

Un comerciante, a quien llamaremos Carlos, para proteger su identidad, hace dos meses fue víctima de una extorsión, proveniente de una cárcel en el oriente del país.  

Contó que comenzaron con llamadas para pedirle una alta suma de dinero en dólares. “Las llamadas eran a toda hora, se volvieron insoportables, nos aplicaron un terror, que sabían dónde vivíamos, trabajamos, nuestros negocios, el nombre de nuestra hija, nos sentíamos asfixiados y con temor de salir”, reveló.

Narró que los que los llamaban desde la cárcel tenían cómplices en las calles para intimidarlos. “Iban a mi negocio a preguntar por mí, lanzaban amenazas que le decían a mis empleados, me decían que iban a matar a mi hija, una vez fueron a mi local y robaron cantidad en dólares”, dio a conocer el comerciante.  

Modalidad

Principalmente las extorsiones desde las penitenciarías se llevan a cabo por vía telefónica con cómplices en las calles, para presionar a la víctima de forma presencial.

Una forma de extorsión se ejecuta cuando tienen información precisa y concreta proveniente del entorno familiar de la víctima o en su área de trabajo, en el que uno de los empleados les ofrece datos a los presos, que les facilite el hecho delictivo.

Foto: referencial

“Otro tipo de extorsión sería la que es aleatoria, porque no tienen tanta información acerca de la persona, las sacan de las ventas de vehículos, perfiles en Instagram y Facebook, logran el teléfono de las personas, pero con detalles precarios”, explicó  Izquiel.

Los estados donde existen mayores casos de extorsiones, desde las cárceles, serían en el Zulia y Aragua. “Los casos de extorsión desde las cárceles no son tan noticias, porque desde Caracas no ocurren, esto está sucediendo en las provincias, en las regiones tienen más influencia, sobre todo cuando son con víctimas ya seleccionadas”, contó el abogado penalista.

En junio de 2016 el Parlamento venezolano aprobó una ley que prohibía el uso de celulares y del internet en los recintos penitenciarios, buscaban evitar los delitos de secuestros y extorsiones desde los penales, alegando que 85% de los robos y secuestros en Venezuela eran planificados desde un centro carcelario.

“A pesar de que fueron aplicadas en ciertas cárceles, las extorsiones continuaron y que también hay complicidad interna. Las mafias carcelarias no están compuestas solo por presos sino también por funcionarios”, afirmó Carlos Nieto Palma, coordinador general de la ONG, Una Ventana a la Libertad.

Desde el Zulia se logró conocer, de forma extraoficial, sobre una cárcel, desde donde salen los presos a robar vehículos u otros en las calles y les dicen a las víctimas que paguen el rescate y que busquen el automóvil en el centro penitenciario.

Otros delitos

A pesar  de que la extorsión ha sido el delito que mayormente ha aumentado en tiempos de pandemia desde las cárceles, también se encuentran otros como las estafas, principalmente de ventas de vacunas y medicinas.

Asimismo, los secuestros largos, que en este caso hacen las llamadas desde las cárceles con cómplices afuera. Víctimas previamente estudiadas.

Nieto Palma recomendó que estos casos deben ser denunciados ante organismos judiciales, pero “el problema es que les dan miedo a presentar denuncias por miedo a represalias”.