AP
Las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se adjudicaron la muerte de dos policías cuyos cadáveres fueron hallados esta semana en una zona del suroeste del país, según un comunicado rebelde conocido el sábado.
En un comunicado en su página de internet, las FARC dijeron que la captura del mayor Germán Méndez Pabón y el patrullero Edílmer Muñoz Ortiz de la Policía Nacional desató un operativo de persecución y que "sin tiempo para comunicar su situación a sus superiores", los guerrilleros se "vieron obligados" a matarlos.
Las FARC dijeron que lamentaban la "trágica muerte" de los uniformados.
La policía confirmó el 18 de marzo que dos cadáveres encontrados esa madrugada en la zona rural de Tumaco, en el departamento de Nariño y unos 600 kilómetros al suroeste de Bogotá, correspondía al mayor Méndez, de 33 años, y el patrullero Ortiz, de 28, quienes estaban dados por desaparecidos desde el 15 de marzo cuando se transportaban en una camioneta por una vía rural de Tumaco.
El Instituto de Medicina Legal indicó esta semana que ambos policías murieron como resultado de los golpes que sufrieron en distintas partes del cuerpo con objetos contundentes, aunque no podían determinar de inmediato si fue con palos o martillos y que Ortiz fue degollado. Ninguno de los dos tenía impactos de balas, según indicó el Instituto al revelar detalles de la autopsia.
De acuerdo con las autoridades, ambos policías iban de traje civil y sin armas porque estaban realizando labores de programas sociales del gobierno en la región de Tumaco. Las FARC dijeron, sin embargo, que hacían tareas de la fuerza pública en contra de la insurgencia, pero no ofrecieron detalles.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que ha ofrecido una recompensa de hasta 100 millones de pesos (unos 50.000 dólares) por datos que lleven a la captura de los responsables de la muerte de los dos agentes, adelanta negociaciones de paz con las FARC desde fines de 2012. Los diálogos se desarrollan en La Habana sin un cese el fuego.
Las FARC, que tradicionalmente no comentan tales acciones, se han atribuido recientemente en comunicados la autoría de hechos que van desde la explosión de una moto-bomba en enero en otra localidad del suroeste colombiano y donde murió un civil, hasta la muerte de los dos policías en Tumaco.