Casi a diario se reportan casos de crímenes atroces, en los que las víctimas son niños, jóvenes, hombres, entre ellos adultos mayores, y mujeres.
La saña, la crueldad e indolencia se manifiestan en mayor medida como es el caso de la mujer embarazada de ocho meses. Asesinada con un hacha por su hijastro en Guárico.
Eudis Alejandra Jiménez, de 22 años, se encontraba el pasado 22 de febrero en compañía de su hijastro conocido como “El Gordo”, cuando el sujeto la atacó con un hacha en la cabeza, causándole la muerte de forma inmediata.
La víctima presentó fractura craneoencefálica severa. La mujer tenía ocho meses de gestación.
El implicado fue capturado en la población de Cabruta, municipio Las Mercedes, en el estado Guárico. Confesó que había asesinado a la víctima debido a que estaba bajo los efectos de sustancias estupefacientes y psicotrópicas. También lo hizo porque “se metía mucho con mi mamá”, así dijo el acusado.
Otro crimen atroz fue el del niño que degollaron y le cortaron la lengua en el barrio José Félix Ribas de Petare, municipio Sucre del estado Miranda.
Se manejaba que al niño, de 13 años, lo mató la banda de “Los Chicorrios”, quienes pensaron que el menor los había delatado con la policía.
Deshumanización
Para el abogado penalista y criminólogo, Luis Izquiel, existe una deshumanización de los delincuentes “que han perdido totalmente los sentimientos de piedad o algunos alcanzaron este grado de primitivismo después de una pasantía por nuestro terrible sistema penitenciario”.
Izquiel puntualiza que los delincuentes después de pasar por algunas cárceles terminan siendo “monstruos sin piedad”.
“Estoy convencido que los postgrados criminales que se hacen hoy en algunas cárceles de Venezuela, donde los reclusos ven tantas cosas inhumanas, terminan creando unas especies de monstruos sin piedad que luego salen a las calles al quedar en libertad”, detalla.
También existen los casos en lo que los delincuentes se deshumanizan viendo los hechos atroces que cometen las pandillas, a las que pertenecen. “Poco a poco van perdiendo todo sentimiento de piedad y respeto por la vida de otros”, dijo.
Enviar un mensaje
En el mes de enero localizaron dos cadáveres descuartizados en el puente de Soapire, en el estado Miranda.
Se manejaba en ese momento que el asesinato lo cometió una banda rival de la zona y que las víctimas se conocían como “El Puy” y “El Howard”.
“A veces estos crímenes atroces se producen para enviar un mensaje a una banda delictiva rival o para los habitantes de una población, en la que una banda o megabanda delictiva ejerce una gobernanza criminal”, explica Izquiel.
En algunos casos esta modalidad de actuar con crueldad y saña “son importados o imitaciones de acciones ejecutadas, por ejemplo, por los cárteles mexicanos”, detalla.
Impunidad
Gran parte de estos crímenes atroces se cometen con total impunidad, parte de estos delincuentes logran huir, luego de realizar los asesinatos, otros terminan capturados o ultimados.
“Muchos delincuentes van escalando en su accionar delictivo hasta llegar a un momento en el que pasan a cometer crímenes atroces”, ultima Izquiel.
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