Las bandas delictivas poseen un líder que azota toda una comunidad y suele tener ayuda de una, o muchas mujeres, que trabajan silenciosamente en estos crímenes, sobre todo en el área de inteligencia y reconocimiento.
Luis Godoy, criminólogo y excomisario del Cicpc, señaló a 2001 que el hampa siempre ha trabajado con mujeres, algunas de manera directa y otras con roles secundarios.
Señala que su función al trabajar en el mundo delictivo es el de inteligencia para inspeccionar edificios, comercios y comunidades que pronto serán atacadas.
“Venezuela es un país machista”, resaltó al declarar que muchos criollos se guían por la apariencia de las mujeres.
“Una mujer muy arreglada llama la atención”, explicó.
De tal manera suelen sacar información a las víctimas que están investigando.
Participación mínima
Asegura que la participación de las mujeres en las bandas es mínima, pero de importancia.
“Su trabajo es reconocer como se pueden escapar, con tan solo caminar, vigilar y conversar con ciertas personas”, expresó.
De otra manera, explicó que quienes operan con un perfil bajo, en su mayoría, son las parejas de los criminales.
Este tipo de mujeres no solo está al tanto de los delitos que han cometido, sino que guardan armas y dinero, además de que esconden a sus parejas.
Godoy afirma que en estos momentos no hay registros de ninguna banda delictiva que sea manejada por una mujer. Sin embargo estas normalmente se dedican a la extorsión y la venta de drogas.
Por otra parte, el sociólogo Diego Rivero explicó que “todo lo que tiene que ver con delincuencia va de mano al estilo de crianza y entorno de la persona”.
Señala que si una mujer crece en un ambiente donde la delincuencia es común, va a continuar con este estilo de vida.
Asimismo, destaca que los problemas económicos atacan sin importar género. Lo que explica que muchas mujeres con una calidad de vida muy baja recurran a la delincuencia como un método de sobrevivencia, tal y como los hombres.
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