María Gabriela Estraño
Esteban López, comerciante de 39 años, proveniente del estado Sucre, recibió tres disparos, al resistirse al robo de su teléfono celular. El hecho ocurrió en el sector Alta Vista, de Catia, el martes a la 1:00 de la tarde.
La víctima había hecho reservaciones en el hotel Alta Vista, donde se hospedaría por los tres días que duraría su estancia en Caracas. Cuando entró al estacionamiento del hotel a bordo de una unidad de taxi que siempre lo trasladaba hacia la capital, lo hizo hablando por teléfono, hecho que llamó la atención del delincuente que estaba parado en la entrada.
Un joven de unos 17 años aproximadamente, lo abordó cuando bajaba su maleta y le pidió el teléfono, allí comenzó un forcejeo y López corrió dentro del aparcadero para evitar ser robado. El antisocial sacó un arma y le disparó dos veces en la cabeza y otra en el brazo; el vigilante del hotel se encontraba en el lugar, pero se escondió para no ser atacado. Por su parte, el adolescente asesino se retiró del sitio caminando con el móvil de su víctima en la mano, sin que nadie hiciera algo para detenerlo.
El malherido comerciante fue trasladado al hospital Pérez Carreño, pero fue ingresado sin signos vitales.
A pesar de que a pocos metros del hotel Alta Vista se encuentra la sede de la Unes y un punto de control de la PNB, la inseguridad en la zona es muy fuerte. Según algunos lugareños, a ninguna hora se está a salvo en esas calles.
Esteban López estaba residenciado en Carúpano, con su esposa y sus tres hijos, un niño de 11 años y unos morochos de 7. Era propietario de una distribuidora de pescado llamada Dorado Mar, ubicada en la región oriental, y venía a Caracas a realizar la cobranza de algunos clientes que mantenía en la capital desde hace años.
Según la versión de su esposa Maritza Rodríguez, el pago siempre lo hacían en cheques, por lo que ella insistía en que contrataría una empresa de cobranzas que le evitara el traslado. “Yo le dije que ya Caracas no era lo mismo, que pagara para que le hicieran esa cobranza; siempre se venía solo a hacer eso, se confió mucho de esta situación; él siempre dijo que nunca se iba a dejar robar. Al igual que muchos, Esteban pensó que no le pasaría”.
La viuda de López relató que eran frecuentes sus charlas sobre la inseguridad y la pérdida de valores que sufre esta juventud. “Ahora nos toca vivirla a nosotros, seguro será un luto más, un padre menos y la delincuencia continuará reinando en Venezuela. ¡Que tristeza tan grande tengo en mi corazón!”.
Hay que huir
“Tenemos que huir de aquí”, le pedía siempre a su esposo cuando leían las noticias en el periódico. “Él nunca me tomó en serio; Esteban decía que si todos nos vamos del país, no habría nadie que trabajara por él; ahora me quedo sola y mis hijos crecerán sin su padre, en un país con tantos riesgos. No contamos con un gobierno que nos cuide”.
La esposa de López hizo un llamado a la familia venezolanas: “Estén más pendientes de sus hijos; siembren valores, cuídenlos mucho, aquí están matando a los jóvenes.
Al comerciante se lo llevarán a Carúpano para darle cristiana sepultura.
Corresponde al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, hacer las investigaciones.
2015-07-02