Mildred Manrique
Más de seis millones de habitantes se dividen en una ciudad de ricos y pobres; este y oeste; montaña y valle; urbanizaciones lujosas y barrios llenos de miseria; ejecutivos de corbata e indigentes; cierta amabilidad y atracadores fuertemente armados. Pero la realidad de Caracas se ve mucho más nítida cuando la caminas de punta a punta.
Tenemos una ciudad llena de historias y anécdotas de su gente, con lugares conectados por vías de asfalto y caminos de concreto que, a la vez, están divididos por circunstancias y temores que logran que espacios tan especiales se escondan a simple vista.
| Caraqueños sostienen que si no trabajan no comen |
De pronto, la idea de recorrer los cinco municipios de su Área Metropolitana, unir pensamientos y reflexiones en torno a sitios que se recorren diariamente y que hoy se transforman en un pesar para sus habitantes no resulta del todo placentero. Ahora nos encontramos con una ciudad desordenada, sucia y con una sampablera diaria: la gente está muy susceptible cuando se le aborda con temas políticos y electorales. Son muy pocas las personas que quieren expresarle a los medios de comunicación lo que piensan y sienten respecto a estos temas. La mayoría tiene miedo a represalias.
Pero sí hay quejas y desagrado con las gestiones municipales. Las personas no están conformes con lo que hacen las autoridades. Pero más allá de lo que dice la gente, se observa claramente que hay una ciudad, la más grande de Venezuela que está colapsada de problemas.
La crisis de inseguridad ha golpeado duro al país y la mayor concentración del delito está en Caracas, la capital. Ni los policías se salvan de tanta violencia. Este es el principal reclamo de sus habitantes. Pero también, visitando cada plaza Bolívar de los municipios: Sucre, Chacao, Baruta, El Hatillo y Libertador, al caminar se observan indigentes. Y ¡vaya que ha crecido está población!
La basura en cada esquina y a toda hora. Las paredes de las fachadas de comercios, viviendas y muchos otros inmuebles se ven rayadas con propaganda política y los grafiteros no dejan de hacer de las suyas. Sin contar que, siendo un país rico por su petróleo, hay muchas calles y avenidas donde la fiesta es del hueco y no del asfalto, como anuncia el publicitado programa ofrecido por el Gobierno del Distrito Capital para dejar el pavimento “como una seda”.
| Se necesita voluntad para recuperar la ciudad y mucha coordinación |
Es como si retrocediéramos en lugar de avanzar, de ciudad a pueblo. Poco es lo que se hace desde las alcaldías, pues si se hiciera, no hubiera tanta crítica. Es esto lo que dice la gente.
Sin embargo, la vida sigue a pesar de las quejas. Caraqueños sostienen que si no trabajan no comen, están conscientes que el país se desborda por las pugnas políticas. Se necesita voluntad para recuperar la ciudad y mucha coordinación: gobierno central, regional y municipal.
Dinorah, de Petare, confiesa que prefiere llorar de noche, después que su marido y sus tres hijos se duermen. “Es la única manera de desahogarse”, explica. Llora cuando piensa en todas las cosas que tiene que hacer para no repetir el círculo de miseria en el que creció.
– No creo en la oposición ellos han humillado a los pobres y el chavismo aunque no denigren públicamente, quienes están hoy en el poder solo son una copia barata de los opositores. Voto porque es mi derecho y porque siempre busco respirar aire de cambio. A mis hijos les digo que estudien bastante, que dependan de ellos mismos. De más nadie, que sólo así van a salir adelante.