La plaga de ratas en Nueva York es un problema persistente que ha marcado la ciudad por años. Estos roedores han proliferado a tal punto que se han convertido en una atracción turística morbosa, mientras que para los residentes representan una amenaza para la salud y el bienestar.
A pesar de los esfuerzos para erradicarlas, la población de ratas sigue siendo elevada, con estimaciones de hasta tres millones, lo que significa que hay una rata por cada ocho habitantes.
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¿Cuál es el nuevo método que implementará Nueva York para controlar a las ratas?
La infestación de ratas en Nueva York es un problema crónico que ha desafiado a las autoridades durante décadas. Ante la ineficacia de métodos tradicionales, la ciudad ha optado por una solución más radical: el uso de anticonceptivos.
Este programa piloto, que emplea un producto llamado ContraPest, busca reducir la población de ratas a través del control de la natalidad, demostrando así el compromiso de Nueva York con encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos.
Se distribuirán cebos envenenados en zonas infestadas de ratas. Estos cebos, diseñados para ser atractivos para los roedores, contienen un anticonceptivo que reducirá su capacidad de reproducción.
Este programa, enmarcado en la 'Ley Flaco', marca un hito en la lucha contra las ratas en Nueva York.
Busca reemplazar los métodos tradicionales y peligrosos por una alternativa más segura y efectiva: el control de la natalidad. Se centrará en las zonas más afectadas para evaluar su eficacia.
A diferencia de los venenos tradicionales, este nuevo método busca controlar la reproducción de las ratas sin matarlas, reduciendo así los riesgos para el medio ambiente y la salud.
Esta iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio por encontrar soluciones más humanas para el control de plagas.
Nueva York ha luchado durante décadas contra la invasión de ratas
Desde 1967, se han probado diversos métodos, desde el uso de estrógeno hasta venenos y trampas, pero ninguna estrategia ha logrado erradicar la plaga por completo.
La muerte de Flaco, un búho de Central Park, tras ingerir rodenticida, puso de manifiesto el impacto negativo de estos productos en la vida silvestre y generó una mayor conciencia sobre la necesidad de métodos de control de plagas más respetuosos con el medio ambiente.
Ante el fracaso de métodos anteriores y sus consecuencias negativas, Nueva York está probando nuevas estrategias, como ContraPest, con el objetivo de controlar la población de ratas sin dañar el ecosistema.
Con información de Infobae
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