La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha detectado una alarmante crisis de adicción que involucra el uso recreativo de del óxido nitroso, al que se le conoce como “gas de la risa” o "gas hilarante".
La agencia está alertando sobre el aumento de casos de intoxicación, lesiones graves y muertes relacionadas con el mal uso de esta sustancia, como lo reseña el portal de Mundo Deportivo.
El óxido nitroso, generalmente es utilizado como anestésico en consultas dentales o como propulsor en latas de crema batida.
Sin embargo, esta sustancia que se empezó a popularizar en el sector gastronómico, ahora suele presentarse en envases llamativos, con sabores como frambuesa azul o sandía, y con nombres comerciales como Galaxy Gas o MassGass.
Esto ha llevado a su popularidad en redes sociales, donde se promueve abiertamente su uso recreativo por sus efectos eufóricos, a pesar de la advertencia de “no inhalar”.
Resulta que, el consumo intencional de óxido nitroso ha aumentado un 58% en los últimos dos años, como lo señala el informe anual de America's Poison Centerr.
Peligros de su consumo + Medidas
Resulta que inhalar este gas no es tan inofensivo y “divertido” como lo hacen parecer.
La FDA advierte que puede provocar:
- Caída de la presión arterial
- Pérdida de conciencia
- Lesiones
- Dependencia psicológica, sobre todo entre adolescentes
Esto, solo de si se utiliza de forma ocasional, su uso continuado trae peligros mucho más acentuados.
Puede derivar en una deficiencia de vitamina B12, con consecuencias tan graves como daño nervioso irreversible (neurológico), deterioro de la médula espinal y parálisis.
El óxido nitroso puede generar hipoxia o falta de oxígeno en el cerebro, lo que puede causar desmayos, daño cerebral e incluso la muerte.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) han registrado un incremento del 110% en las muertes relacionadas con esta sustancia.
Esto, solo entre 2019 y 2023.
De hecho, algunos estados han tomado medidas e implementado requisitos de edad mínima.
Pero, hasta ahora, solo Luisiana ha prohibido su venta por completo.
El asunto es que, aunque la FDA regula su uso médico, su control sobre los productos etiquetados como “uso culinario” es limitado.
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