A partir de febrero, la estrategia de la Policía de Nueva York en la persecución de vehículos sospechosos experimentará cambios significativos según informó el portal Mundo Deportivo.
La comisionada del Departamento de Policía, Jessica S. Tisch, anunció que la nueva política se centrará en minimizar riesgos innecesarios que puedan poner en peligro tanto a los oficiales como a los ciudadanos inocentes.
Este enfoque busca garantizar una mayor seguridad pública al reevaluar las tácticas utilizadas por los agentes al decidir cuándo iniciar, continuar o suspender una persecución.
¿Por qué de la decisión?
El cambio en las políticas responde a un preocupante aumento en el número de accidentes y lesiones durante las persecuciones en 2024. Se registraron 2.278 persecuciones, de las cuales el 25% resultaron en incidentes negativos, lo que subraya la urgencia de modificar la estrategia policial.
Las autoridades planean incorporar herramientas tecnológicas para ayudar a los oficiales a tomar decisiones más informadas y seguras durante estas situaciones.
La comisionada enfatizó la importancia de adaptar las estrategias de seguridad a la densidad poblacional de Nueva York.
Con este nuevo enfoque, se priorizará la seguridad de los transeúntes, especialmente en casos donde las persecuciones se inician por infracciones menores. El objetivo es que las acciones del NYPD no comprometan la seguridad de la comunidad ni de sus propios agentes.
¿De qué van los cambios?
La nueva política de persecución de la Policía de Nueva York introduce varias restricciones y medidas para mejorar la seguridad tanto de los oficiales como de la comunidad.
A partir del 1 de febrero, los oficiales solo podrán iniciar una persecución en casos de delitos graves y delitos menores violentos. Además, deberán evaluar el entorno en el que ocurre la persecución, prestando especial atención a zonas residenciales, escolares y parques infantiles.
Para garantizar un control más efectivo, se implementará una mayor supervisión, con supervisores que monitorearán en tiempo real la velocidad y viabilidad de las persecuciones.
Los oficiales no enfrentarán penalizaciones por suspender una persecución, lo que les permitirá priorizar la seguridad en situaciones donde los riesgos superan los beneficios.
También se incorporarán herramientas tecnológicas para documentar y revisar cada persecución, y se establecerán auditorías mensuales junto con entrenamientos anuales obligatorios para asegurar el cumplimiento de la nueva política.
El jefe del departamento, John Chell, destacó la importancia de equilibrar la persecución de quienes representan un peligro real con la necesidad de evitar riesgos innecesarios.
Los oficiales han recibido capacitación previa a la implementación de estas medidas, y se llevarán a cabo revisiones constantes, así como un informe anual para evaluar el impacto de los nuevos lineamientos.
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