El proyecto ferroviario de alta velocidad que tiene como objetivo unir Houston y Dallas ha enfrentado diversos desafíos en su camino.
A pesar de los inconvenientes, una reciente subvención del gobierno federal por cerca de 64 millones de dólares ha renovado el avance en este plan. Este subsidio, concretamente de 63,9 millones, proviene de la Administración Federal de Ferrocarriles del Departamento de Transporte de Estados Unidos y se otorgó justo antes de la celebración del Día del Trabajo.
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Reanudación del proyecto
Inicialmente, el proyecto estaba bajo la supervisión de Texas Central, una compañía privada que se dedicó a recaudar financiamiento de inversores y a obtener los derechos de paso necesarios a lo largo de la ruta.
Sin embargo, en un cambio significativo, Amtrak ha tomado el control recientemente. Con la aprobación de la nueva subvención, informaron que, se ha logrado avanzar al tercer paso del Programa de Identificación de Corredores (CIP) del gobierno federal.
En tal contexto, dicho programa tiene como finalidad "guiar el desarrollo de trenes de pasajeros interurbanos" y "crear una cartera de proyectos listos para su implementación".
De esta manera, la línea propuesta conectará las urbes de Houston y Dallas con un viaje en tren de tan solo 90 minutos, esto incluye una parada en el condado de Brazos. No obstante, no todos ven con buenos ojos esta inversión.
John Sitilides, asesor de asuntos federales de la coalición “ReRoute the Route” se ha manifestado en contra de la financiación pública del proyecto. En declaraciones a The Daily Caller, Sitilides expresó su preocupación sobre el tema, según él es: “controvertido, fallido e insolvente”.
Cambios en el presupuesto estimado
Cabe resaltar que el costo original del diseño de Texas Central se estimaba en 10.000 millones de dólares, pero tras años de reveses y complicaciones, se estima que el costo actual podría ascender a 40.000 millones de dólares.
Asimismo, la experiencia en California también ilustra la posibilidad de sobrecostos. Un proyecto de tren de alta velocidad que inicialmente se preveía a un costo de 33.000 millones en 2008 ahora se proyecta que superará los 100.000 millones.
Finalmente, el futuro de la estructura ferroviaria en Texas se mantiene incierto. A medida que las autoridades buscan avanzar con la planificación y financiación, la opinión pública se divide.
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