La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos genera preocupación en varios sectores, especialmente entre la comunidad inmigrante en California.
Esta alberga a la mayor población indocumentada del país. Con más de 11 millones de inmigrantes sin autorización en EEUU, muchos de ellos trabajan en el sector agrícola, donde aproximadamente la mitad de la fuerza laboral es indocumentada.
Trump ha prometido llevar a cabo deportaciones masivas, lo que aumenta la incertidumbre entre estos trabajadores. Aunque algunos tienen visas H-2A, otros pueden enfrentar la expiración de sus permisos o carecer del estatus migratorio adecuado.
Reformas
A partir del 20 de enero de 2025, cuando Trump asuma oficialmente, se anticipa que las deportaciones comenzarán de inmediato, según Tom Homan, designado como zar de la frontera.
Esta situación plantea un desafío logístico considerable, ya que expulsar a miles de trabajadores podría afectar gravemente la producción agrícola, dado que California produce la mitad de los alimentos consumidos en el país.
En respuesta a estas amenazas, el gobernador Gavin Newsom ha defendido los derechos de los inmigrantes, subrayando que Trump no tiene autoridad sobre los estados.
La Unión Estadounidense de Libertades Civiles también ha manifestado su apoyo, prometiendo actuar como una primera línea de defensa.
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Además, trabajadores agrícolas de Mammoth Lakes han convocado a una huelga para resaltar su importancia en la economía estatal y protestar contra las posibles deportaciones.
Con información de TV Azteca.
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