La alcaldesa, Karen Bass, anunció que ha levantado el toque de queda que se impuso desde la semana pasada en el centro de Los Ángeles, debido a los incidentes violentos que ocurrieron durante las protestas por las redadas de inmigración.
"El toque de queda, sumado a los esfuerzos continuos de prevención del delito, ha tenido un gran éxito en proteger tiendas, restaurantes, negocios y comunidades residenciales", expresó en un comunicado.
Advirtió que la medida puede ser reinstalada si la violencia vuelve a las calles mientras no terminen las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), impuestas por la administración del presidente Donald Trump.
Bass anunció su decisión tras siete noches de toque de queda, que había sigo originalmente fijado entre las 08:00 pm y las 06:00 am.
Incidentes vandálicos y saqueos
Esta medida se adoptó luego de que las movilizaciones contra las redadas federales derivaran en disturbios y saqueos de 23 negocios del centro de la ciudad, el 6 de junio.
El primer fin de semana de las manifestaciones ocurrieron incidentes violentos, incendios de varios vehículos policiales, enfrentamientos entre manifestantes y oficiales del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD).
El toque de queda se impuso en una zona de una milla cuadrada en la ciudad, con el apoyo de líderes electos, policiales y empresariales, quienes afirmaron que se logró evitar más daños.
Donald Trump ordenó el despliegue de 4.000 soldados de la Guardia Nacional y de 700 marines, lo que provocó un enfrentamiento de declaraciones con el gobernador de California, Gavin Newsom.
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